Con la finalidad de ofrecer a sus radioescuchas una visión más amplia de las competencias, la emisión de Educación XXI de este sábado comenzó por abordar la adaptación como algo necesario para entender un mundo en constante cambio y la forma en que las escuelas de hoy contribuyen al desarrollo de dicha competencia.
Transmitido por W-Radio bajo la conducción de Leonardo Kourchenko, participaron como invitados en el programa: Karina Lara, maestra en educación psicóloga educativa; Pedro Landaverde, consultor educativo y la maestra Jolanta Nitoslawska.
Karina Lara comenzó por señalar algunas áreas donde es necesaria la adaptación, como los cambios climáticos, las nuevas formas de comunicación, el uso de nuevas tecnologías y los esquemas de relacionarnos que de ellas se derivan y el fenómeno de la migración en un mundo globalizado. Comentó que ella misma –por cuestiones de trabajo de su esposo– vivió en cinco países diferentes en periodos de un año a un año y medio. Dijo que el mundo que estamos viviendo se mueve más rápido que la educación.
Jolanta cuestionó si la adaptabilidad es en sí una competencia o hay otras competencias y habilidades que tienen que desarrollarse para ser adaptable; por ejemplo, las de colaboración, las de encontrar soluciones, la de creatividad, la de conocimiento de medios, la de aprender a aprender. Consideró que más que una competencia vendría a ser la suma de otras. Agregó que hay una diferencia entre ser adaptable y tener conocimiento; seguir aprendiendo es más importante que el conocimiento.
Pedro coincidió con Jolanta y apuntó que en su experiencia con las escuelas no había encontrado que se mencionara la adaptación como tal. Dijo que los niños por naturaleza tienen una gran capacidad de adaptación, mientras que al maestro le cuesta más.
A la pregunta de Leonardo de cómo se desarrolla, Jolanta dijo que en las escuelas debe fomentarse el trabajo colaborativo y alternar en él los roles contribuyendo así que los alumnos sean más adaptables al enfrentar escenarios distintos. En su experiencia –dijo–, los niños a los que se les permite tomar decisiones y asumir las consecuencias, son los que luego son más adaptables. Las personas que más se adaptan son las que han tenido más oportunidad de ser independientes.
El reto para la educación –consideró Karina– es cómo entrar a la globalización sin perder las características particulares. Para cubrir lo que el mundo nos presenta necesitamos tener referentes comunes con otros países. La tolerancia y educar en la diversidad podrían ser un referente.
Antes, comentó Jolanta, el maestro cerraba la puerta y tenía el control. Venía el coordinador y se le presentaba un performance; se iba, el maestro cerraba la puerta y volvía a lo mismo. En el siglo XXI el maestro ya no trabaja de manera aislada. Las escuelas que más cambios realizan son aquellas en las que los maestros colaboran y se adaptan, hablan de sus errores y forman referentes comunes. Consideró importante dedicar tiempo para que los maestros hablen entre ellos.
Otro referente que agregó Karina es la utilidad y aplicación de los conocimientos: no sólo aprenderlo porque viene en el programa, sino para qué me va a servir”.
Destacó que para lograr esa capacidad de adaptación es fundamental desarrollar y ayudar a los chicos a desarrollar competencias sociales, desde la etapa preescolar. A este proceso Jolanta incorporó los valores y Pedro subrayó las ventajas de la flexibilidad aunque sin perder de vista los principios.
En las conclusiones, Karina nombró a la diversidad, la tolerancia y la educación inclusiva como ingredientes necesarios para conseguir nuevas generaciones adaptables. Jolanta, por su parte recomendó –en la medida de lo posible– llevar a los niños para enfrentarlos a situaciones distintas y resolver problemas de la vida real.
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