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Una ‘i’ en el futuro del Distrito escolar de McAllen

Neal Morton, The Monitor (MCT) Media docena de estudiantes de quinto grado de la escuela primaria Perez pasan con desgano las páginas de sus pesados libros de texto e intentan garabatear notas durante una difícil lección de matemáticas del viernes. Por su parte, otros compañeros hicieron a un lado los libros y recorren con el […]

Autor: UNOi

Fecha: 28 de octubre de 2011

Foto: © Michele Piacquadio/depositphotos,com

Neal Morton, The Monitor (MCT) Media docena de estudiantes de quinto grado de la escuela primaria Perez pasan con desgano las páginas de sus pesados libros de texto e intentan garabatear notas durante una difícil lección de matemáticas del viernes.

Por su parte, otros compañeros hicieron a un lado los libros y recorren con el pulgar artículos de Wikipedia, imágenes de Google y videos de YouTube en sus dispositivos iPod Touch. «En realidad no uso el iPod para matemáticas. Es como hacer trampa con la calculadora, así que uso mi cerebro”, dice Hugo Olivarez Jr., quien investiga a las ballenas jorobadas. El iPod es «bueno, todo lo que necesito para hacer mi tarea” agrega el estudiante de 11 años. “Estamos haciendo más y más rápido desde que la escuela nos los dio”.

Al igual que Olivarez, cerca de 5,600 estudiantes de McAllen, Texas actualmente usan en clase con regularidad el Ipad o el Ipod Touch que les proporcionó la escuela para compartir aplicaciones educativas, navegar por la Web y más.

Pero para el próximo año, ese tipo de instrucción autodirigida se extenderá en todo el distrito escolar de McAllen, en donde las autoridades anunciaron la semana pasada un compromiso de más de 20 millones de dólares para proveer de un iPad a 25,300 estudiantes y 1,634 maestros. Hasta ahora, poco se ha investigado sobre el impacto de los dispositivos móviles en el salón de clases en los dos últimos años.

Y, pese a los recortes de presupuesto, El superintendente James Ponce dijo que la costosa iniciativa —para la que acuño el nombre Enseñanza Aprendizaje en el Aula, el Campus y la Comunidad (o TLC-3)— era obligatoria en el siglo xxi. “El cambio siempre tiene muchos cuestionamientos”, dijo Ponce. “Queremos estar a la vanguardia de lo que esto trae consigo y no esperar a que alguien más lo descubra”. “Si esperamos, el atraso no es de un año, sino exponencial”, agregó.

Algunos expertos escolares dudaron de lo acertado de la medida que convertir a todo un distrito en el primero que adopta una tecnología cambiante con rapidez. Pero Ponce subrayó que la elevada inversión en su distrito no fracasaría.

“Apple es una organización revolucionaria y nosotros necesitamos revolucionar; tenemos que hacerlo”, dijo. “Existe una sensación de urgencia cuando comienzas a ver qué es lo que enfrentarán tus estudiantes cuando salgan. Tenemos que equiparlos con esos conjuntos de habilidades y creo que tenemos el personal para tener éxito”

Innovaciones superficiales

Las autoridades del Distrito estiman que el costo total del TLC-3 llegará a 20.5 millones de dólares, por arriba de los casi 3.6 millones que el consejo escolar aprobó el mes pasado para adquirir 5,175 iPad 2 y 425 iPod Touch. El pedido debe llegar a las aulas de McAllen en las siguientes dos semanas y, mientras tanto, los administradores exploran las opciones de seguros para cubrir la pérdida, robo o daño a los dispositivos.

Pero, mientras el distrito afina los detalles, el desarrollo del personal debe colocarse en primer lugar de la lista de prioridades, dijo Chad Dorsey, presidente y Director Ejecutivo de Concord Consortium, una organización sin fines de lucro con base en Massachusetts, que investiga sobre tecnología y educación. “En lugares en donde se aplica la tecnología por sí sola. Es fácil entusiasmarse con ella sin generar realmente una diferencia”, dijo Dorsey.

“Una advertencia que a menudo señalamos es prevenir el establecimiento de este tipo de innovaciones superficiales. Hay tantas cosas en la tecnología que pueden aprovecharse, pero apenas estamos asomándonos a lo que llamamos aprendizaje digital profundo”.

Dorsey hizo énfasis en que los dispositivos como el iPad pueden mejorar materias como química molecular, astronomía o bilogía. Pero las escuelas deben hacer coincidir dólar por dólar su compra de nuevos artefactos con una capacitación y poyo intensivos del personal para asegurar que los maestros puedan en verdad descubrir e implementar esos beneficios”.

Ponce estuvo de acuerdo: “Si no apoyas este tipo de movimiento, entonces está condenado al fracaso. Pero, les aseguro que McAllen (el personal del distrito escolar) está ahí. Todos los elementos están ahí para desarrollar esta iniciativa y hacer que tenga éxito”.

¿Qué estamos pasando por alto?

Un elemento al que se refirió Ponce en forma reiterada fueron las docenas de maestros, administradores, padres y miembros de la comunidad que participan en el grupo de tecnología del distrito. Todos ellos pasaron el verano desarrollando un nuevo currículo para complementar los dispositivos de Apple y servir como columna vertebral para escalar dichos programas en todo el distrito.

«Esto tendrá un efecto positivo, de manera clara, para todos”, dijo Ruth Skow, presidente de McAllen American Federation of Teachers Local 6329. «Pero, ¿qué es lo que estamos pasando por alto? ¿Tenemos dinero suficiente para hacer esto? preguntó. “Esas son las cosas que no me quedan claras”. Skow recordó lo difícil que fue para el distrito recortar 8.5 millones del presupuesto de este año y observó que es probable que la Legislatura de Texas apruebe incluso más reducciones de fondos para los años siguientes.

Expresó su preocupación de que el TLC-3 pudiera llegar a costa de los incrementos a los salarios, o incluso peor: “Cuando se acabe el dinero de los estímulos (federales), me pregunto de dónde obtendrán el dinero para pagar a los maestros que con esto se cubre”, dijo Skow. Si ocurren despidos, al menos los últimos que queden tendrán sus nuevas iPad ¿cierto?”.

Ponce explicó que el distrito distribuiría el costo total de la iniciativa en los siguientes tres o cuatro años, usando una combinación de subsidios, donaciones privadas y fondos estatales y federales para las escuelas con población estudiantil de bajos ingresos. Pero, sin importar la etiqueta del precio, el superintendente dijo que todo distrito escolar tendrá que hacer la misma inversión tarde o temprano. “No se puede hipotecar el futuro a expensas del pasado, en especial cuando sabemos lo que significa el futuro en términos de mayor preparación para universidades y carreras”, dijo Ponce. “Ahora debemos aprender con los estudiantes. Tenemos que planear con ellos. Ahora estamos preparando a los estudiantes para crear sus propios empleos y hacerse cargo del futuro”.

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Publicado en: http://www.edweek.org/dd/articles/2011/10/25/mct_txipads.html  Traducción de Sistema UNO News.