Dos participantes –madre e hija– del Intercambio académico entre los colegios Cumbres Comunidad Educativa de Zamora. México y la Unidad Académica Dante Alighieri de Campana, Argentina, nos comparten sus impresiones sobre esta inolvidable experiencia.

Un viaje extraordinario  

Para mí significó mucho esta experiencia porque tuve la oportunidad de convivir con extraordinarias personas y conocer su cultura más de cerca o conocer la cultura de donde provienen.

En el viaje lo más significativo para mí fue la fiesta de bienvenida porque  todos muy alegres nos recibieron y también de muy buen humor.

Me gustó poder convivir con los niños y los profesores del colegio Dante Alighieri, pero más poder ver y observar cómo trabajaban e incluso poder hacerlo con ellos.

Mi mamá y yo nos hospedamos en una casa de la familia Maiola; nos hicimos grandes amigas con Violeta, su hija; me agradó el ambiente familiar porque son muy unidos.

Yo le agradecería esta experiencia a Sistema UNO internacional por darnos esta experiencia tan maravillosa de poder convivir con gente que también usa el mismo sistema que nosotros, y a mi mamá por poder compartir con ella esta experiencia.

Si me preguntan mi recuerdo más importante diría que: este viaje fue muy especial para mí porque los alumnos, profesores, directivos y los padres de familia del colegio Dante Alighieri, tanto en la fiesta de bienvenida y despedida abrieron sus brazos de una forma tan especial, que yo creo que todos nosotros nos sentimos como en casa.

Yo les recomendaría a todos los alumnos, papás y profesores que cuando se les presente una oportunidad como ésta, no la dejen ir. 

México en Argentina

De regreso ya. Parte de mi corazón se queda acá. Todavía en suelo Argentino escribo estas líneas.

Gracias a Sistema Uno por esta experiencia. Como madre y docente, me vida se ha enriquecido. Mi hija Regina y yo volvemos a nuestro país, diferentes, más grandes, más abiertas, más comprometidas. 

Este viaje nos recordó que somos parte de una gran aldea global. La tecnología nos acerca ahora que nos vamos, pero sin duda, el acto de amor que representa el ser formadores, educadores de corazón, ha sido el motor que nos trajo a estas tierras. ¡Gracias Fredy!, ¡Gracias Mavy!, seguidores de una misma pasión.

Hago votos para que continúen los intercambios y que éstos sirvan para la mejora de nuestro mundo y de nuestra amada América Latina. Parafraseando las palabras de Lucy Da Pian, directora de Primaria Dante Alighieri, estas experiencias deben enriquecer a nuestros pequeños, para que conociendo la historia de nuestros pueblos, las raíces y los contextos latinoamericanos, llegado el momento y desde diferentes trincheras, puedan proponer una mejor estilo de vida, un mundo menos lacerado, un planeta más respetado y donde todos podamos vivir en paz y en armonía.

Mi más sincero agradecimiento a los directivos, profesores, padres de familia y alumnos que nos acogieron con una calidez difícil de olvidar.