Autor: UNOi

Fecha: 23 de febrero de 2014

¡Solos estamos perdidos!

  “Creo que en soledad, sin tener que compartir mis ideas, trabajo mejor, cierro la puerta y doy la clase cómo a mí me gusta”, […]

Fredy Vota - En los caminos 

“Creo que en soledad, sin tener que compartir mis ideas, trabajo mejor, cierro la puerta y doy la clase cómo a mí me gusta”, dijo el maestro Fernando convencido de sus palabras. “No hay tiempo para equipos, todo es arrollador acá, en otra escuela puede que sea distinto, en esta apenas te alcanza para hacer lo que tenés que hacer”, sentenció su verdad Miss Mariana. “Los equipos de trabajo en los colegios son difíciles, por no decir imposibles”, espetó Marcos profesor de física en el última reunión de capacitación de SE. Silvia adhirió a su postura con un remate, “Cada maestro tiene su metodología y es muy difícil cambiarlo”.

Todos tienen razón. No hay verdad más profunda que la dificultad que tenemos  para ponernos de acuerdo. Esta dificultad, a veces insalvable, tiene un nombre: Libertad.

Ella hace que ningún sistema sea ajustado a la medida exacta de las personas que lo habitan. Primero porque somos libres de no querer hacer las cosas y aunque sea lo mejor o lo más conveniente para cada uno de nosotros, muchas veces nos empeñamos en destruir el colectivo. Segundo, porque no siempre nuestras acciones son racionalmente ordenadas a un fin. El hombre no es un ser racional con emociones, es un ser emocional con razón.

La libertad nos eleva por encima de cualquier ser vivo, pero su alta dignidad a veces nos hace tomar caminos erróneos. A la elección de cómo organizar nuestras escuelas, nuestras clases se le puede imponer esquemas y protocolos, pero dentro de esos marcos se extiende una vida compleja, contradictoria, sujeta a pasiones encontradas… y por eso es limitada la posibilidad de formatear los grupos previamente.

Una cosa es el esquema y otra la vida donde ese esquema habita. Una cosa es la secuencia de aula y otra lo que ocurre en el aula.

Sistema UNO se presenta como una propuesta didáctica, pedagógico política de cambio escolar. Es un itinerario diseñado para que la escuela vire su práctica y trueque su concepción de la enseñanza.

Esta propuesta necesita de un colectivo que adhiera a los postulados últimos, a la idea troncal. Es una propuesta instrumental, pero básicamente es una mirada acerca de los fines de la educación.

Creemos que la escuela debe ser un espacio donde los niños construyen sus aprendizajes, no donde los docentes imponen sus enseñanzas. Imponer una enseñanza, no necesariamente trae aprendizajes profundos. Y nosotros hablamos de lograr aprendizajes duraderos, competencias y valores para el siglo XXI.

Pero si los docentes de un establecimiento siguen pensando que esto lo hacen solos, sin una mirada sistémica, sin una red con sus pares, con sus directivos, con los padres, con otras escuelas, el tan mentado cambio de la educación no surgirá nunca.

Sin ánimo de alcanzar una receta cerrada, UNO quiere buscar respuestas compartidas, líneas de buceo, marcos referenciales e hipótesis de trabajo. Uno está abierto con los maestros que estén dispuestos a compartir nuevas prácticas.

Apelamos a la  libertad  de cada quién para sumarse a este grupo humano de profesionales por el cambio, por una educación mejor.

Sabemos que a veces las circunstancias juegan en contra (siempre las hay). Falta de conocimiento mutuo, inercia por repetir las recetas conocidas,  baja expectativa de éxito, ausencia de fuerzas que nos cohesionen y otras.

Las acciones humanas se determinan por la voluntad de querer concretar logros, más allá de las dificultades. Éstas no marcan la imposibilidad de la realización, sino la voluntad de no querer sortearlas.

El cambio escolar está en la puerta de nuestras posibilidades. Pero hay que abrirlas juntos, en red, en grupo. Solos será un intento más que morirá antes de alcanzar su meta. Los enemigos de la calidad educativa, son principalmente aquellos que buscan salvarse solos.

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