Carmen Campos
”Los aprendizajes y gratificaciones obtenidos durante la adopción de este sistema educativo tecnológico han sido mayúsculos, pues no imaginé los alcances que podría lograr con el entrenamiento. Sin embargo, no ha sido un proceso fácil”.
Así comienza la Ing. Rosario Bezares Pérez, Titular de Matemáticas y Física en la Secundaria del Centro Educativo Surval, el texto que presentara al cierre de los tres primeros años de implementación del Sistema UNOi en nuestra institución. Decana por la que han pasado varias generaciones de estudiantes, algunos de ellos profesionistas que encontraron en ella inspiración para elegir carreras, relacionadas, desde luego, con las asignaturas que cursaron bajo su tutela. Es decir que Mrs. Rosario tiene un precedente educativo altamente exitoso para la sociedad victorense. No obstante, la marejada del salto cuántico, también le ha llevado a reinventarse. ¿Cómo le hizo? Aquí el relato completo.
“Desde mi perspectiva, fueron dos grandes retos los que tuve que enfrentar para poder concluir exitosamente este proceso: Cambiar los paradigmas que tenía sobre la incursión de la tecnología en la educación presencial y adaptarme a ellos y aprender el manejo de los dispositivos electrónicos. Con tantos años impartiendo clases de la forma tradicional, fue difícil al principio aceptar la idea de tener que cambiar mis métodos de enseñanza. A diferencia de otras materias donde los conocimientos se han ido actualizando, las matemáticas y sus fundamentos, que he impartido desde hace más de 20 años, no han cambiado demasiado, al menos en la forma de enseñarse y aprenderse.
Mi primera pregunta fue “¿Cómo voy a enseñarles a realizar una operación algebraica desde el iPad?”. O peor aún, ¿por qué dejar de hacerlo desde el pizarrón cuando es la manera más directa? Pensamientos así fueron los que me agobiaron cuando me enteré del nuevo rumbo educativo. Otro de los pensamientos que rondaban por mi mente cuando empezamos a utilizar el sistema UNOi era que las tablets harían que los alumnos se distrajeran más que interesarse en aprender. Debido a la tendencia actual de que la gente se la pasa pegada al celular (situación que veo en todos lados, desde mi casa hasta el colegio donde imparto clases). Imaginé que lo mismo pasaría con los alumnos en el salón cuando tuvieran las iPads en sus manos. Que se la pasarían inmersos en el Facebook, tomándose selfies, chateando o jugando Candy Crush o Farmville. Y no estaba tan errada, aunque debo aceptar que los resultados fueron mejores de lo que esperaba.
Adaptar las matemáticas al sistema constructivista ha sido complicado, más de lo que se pueden imaginar. Y es que hay muchas cosas en contra. Para empezar, la aversión “natural” que tienen la gran mayoría de los alumnos hacia esta área del conocimiento. Desde ahí ya empezamos con desventaja. Por otro lado, que los alumnos no lleguen con los conocimientos previos, retrasa mi labor al tener que repasar conceptos básicos que ya deberían tener aprendidos. Si a eso le agregas que ahora debía utilizar este enfoque educativo con equipo que todavía no sabía manejar, entonces me di cuenta que me esperaba mucho trabajo.
Como buena representante de la gente de mi generación, me consideraba una analfabeta tecnológica relativa. Esto porque, aunque sabía cómo usar una computadora y navegar por Internet, nunca había sido muy afín a la tecnología y por tanto no la dominaba. Y por ello tuve un temor inicial al saber que ahora debía aprender a utilizar un sistema que involucraba subir calificaciones a una plataforma, apoyarme en dispositivos móviles durante las clases y hacer que los alumnos utilizaran estos de manera eficiente en su formación. Por eso el entrenamiento y las asesorías de mis instructores han sido fundamentales para mí. Principalmente porque me hicieron perder el miedo y me dieron la confianza para no desistir. Y también por hacer de esta una experiencia agradable. Ver que mis esfuerzos eran validados por mi Coach, fue gratificante y me indicaban que iba en la dirección correcta. También fue importante el apoyo mutuo que nos brindamos mis compañeros de trabajo y yo. Incluso tuve que acudir a mi hijo mayor, quien era el encargado de aclarar mis dudas tecnológicas cuando me encontraba estudiando en casa. Si, fue necesario derribar algunas barreras mentales que yo misma me impuse, pero ahora me siento con la seguridad de tener la formación adecuada para pasar de ser una dadora de clases a una Coach que puede guiar a los alumnos a que concluyan sus estudios y que se lleven los conocimientos necesarios para enfrentar retos futuros…”.
Ciertamente Mrs Rosario ha vencido varios obstáculos. El más importante, como bien lo reconoce fue su propia resistencia al cambio. No obstante, su vocación docente, fortalecida por su vasta experiencia, pero también el trabajo de desarrollo del SER, al que se ha sometido desde hace varios años, han hecho su efecto y ahora no solo domina la tecnología y promueve la interacción constructiva como método de trabajo, conserva su entusiasmo y sigue inspirando a sus estudiantes a romper los propios paradigmas y a enfrentar retos, como el que ha impuesto una marca en los grupos de 2º de secundaria al elaborar sólo con papel celofán y maskingtape, un globo aerostático que por razones de seguridad no se eleva, pero que ha alcanzado hasta 35 metros de altura. Una proeza que como dijo su esposo, que ahora la mira desde el cielo, sólo puede hacerlo ella, “la mejor maestra del mundo mundial”. Cierro este artículo con imágenes y su voz que al expresarse, garantizan más años de trascendencia en las nuevas generaciones.
“Desde que entiendo mejor las tecnologías de la información y su aplicación en la educación presencial, he conocido las bondades de las redes sociales, las plataformas virtuales y los dispositivos móviles aplicadas a la enseñanza. Antes veía las tablets y Smartphones como simples objetos de entretenimiento, y las redes como Facebook e Instagram como medios de distracción. Ahora que he utilizado todo esto con mis grupos en los últimos ciclos escolares, me doy cuenta que todavía tenemos muchas áreas de oportunidad y detalles que afinar para tener un sistema altamente efectivo”. Rosario Bezares Pérez
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