Por redacción UOiNews/Jovel Álvarez
Hemos hablado reiteradamente de la importancia que tienen los maestros en nuestras vidas.
Al escribir de ellos siempre viene a mi mente el recuerdo de los mejores, y en general sé que todos recordamos a uno por lo bueno o lo malo que haya hecho al formarnos.
El sacrificio que hacen los maestros para llevar a cabo el proceso académico es verdaderamente admirable.
Como nieto de maestras siempre escuché a mis padres decir que les resultaba extraño que sus mamás dedicaran tanto tiempo a otros niños, pero con el tiempo vieron como ese tiempo se vio recompensado por un cariño que las ha acompañado hasta la vejez.
En este día, en el que celebramos la labor de quienes se dedican a la formación de los niños y los jóvenes de hoy, es importante recordar los retos que ellos enfrentarán en el mañana.
De la educación, los valores y los retos académicos que se dé a los estudiantes, dependerá en buena parte la actitud con que ellos enfrenten la vida: en el entorno laboral y familiar.
Nadie sabe mejor que un maestro que la escuela no es – nunca ha sido – exclusivamente un lugar para el aprendizaje académico. Los centros educativos son ante todo campos de entrenamiento para la vida, para el mundo al que los niños y jóvenes se enfrentarán al culminar sus estudios.
Ante una misión tan importante ¿cómo asumes la responsabilidad que conlleva?
En la actualidad el gremio educativo en México está sometido a un desprestigio generalizado por la imagen de algunos. ¡Pero ellos no son la mayoría!
En este día demostremos con nuestro trabajo quiénes somos verdaderamente y no hay mejor forma de silenciar al que habla con ignorancia que nuestro trabajo.
Maestro: toma en peso tu labor, siéntete orgulloso de la misión que has adquirido.
Dicen que lo único que queda del ser humano al morir es el recuerdo de lo que hizo, bueno o malo. Haz que el recuerdo que quede de ti en la memoria de tus alumnos sea el verdadero legado de tu vida.