Autor: UNOi

Fecha: 20 de noviembre de 2012

Los derechos de los niños son derechos humanos

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por 193 países, es el tratado de derechos humanos que más amplia aceptación ha recibido. Tanto si […]

La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por 193 países, es el tratado de derechos humanos que más amplia aceptación ha recibido. Tanto si se le considera un instrumento que ayuda a los activistas de los derechos humanos como si se toma de marco de referencia para los encargados de formular las políticas al respecto, este convenio tiene en cuenta al niño como individuo y como miembro de una familia o comunidad, y le atribuye derechos y obligaciones en función de su edad.

Pero el dilema que se plantea al tratar de aplicar la convención es cómo traducir en acciones específicas sus magnos enunciados. ¿Qué puede hacerse para velar por el respeto de los derechos del niño?

El 20 de noviembre, Día Universal del Niño, se celebrará en la Sede de la UNESCO un seminario que bajo el título de “El derecho del niño al respeto en la práctica” abordará los problemas relacionados con la aplicación de la Convención. En el acto, varios expertos, como Samuel Pisar, Embajador Honorario de la UNESCO y Enviado Especial para la Educación relativa al Holocausto, y Vicky Colbert, fundadora de la ONG Escuela Nueva, examinarán el legado del doctor y pedagogo polaco Janusz Korczak, pionero de los derechos de los niños (a quien muchos consideran el padre espiritual de la Convención). Los asistentes debatirán también acerca de la necesidad de una educación de calidad para la primera infancia y las innovaciones pedagógicas que se precisan para que los niños de hoy puedan ejercer en el futuro una “ciudadanía mundial”, en la más amplia acepción del término.

Un derecho consagrado en la Convención que posibilita el ejercicio de todos los demás es el derecho a la educación. “Gracias a la educación, desde los primeros años de vida, los niños no sólo llegan a conocer sus derechos, sino que también adquieren las competencias y aptitudes necesarias para hacerlos valer”, declaró el Sr. Qian Tang, Subdirector General de Educación de la UNESCO.  “Lo ideal sería que esa educación se realizara en un contexto seguro y estimulante, y en un espíritu de deferencia y comprensión mutuas”.

La UNESCO ha promovido de manera permanente el derecho de cada niño, joven y adulto a recibir una educación de calidad. Pero nuestras sociedades están aún lejos de alcanzar los objetivos de la Educación para Todos. En el mundo entero hay 61 millones de niños y 71 millones de adolescentes sin escolarizar. Al menos 250 millones de niños son incapaces de leer y carecen de nociones de aritmética –incluso tras haber pasado cuatro años en la escuela- y en total hay 796 millones de analfabetos.

La educación de calidad contribuye a reducir la pobreza y propicia la autonomía personal y colectiva, la cohesión social, la paz y el desarrollo humano. Una escuela de calidad es la que respeta los derechos del niño, no practica la segregación, imparte una enseñanza gratuita, obligatoria y accesible, y considera que la diversidad es una oportunidad y no un problema. La educación de calidad que se imparte desde la primera infancia les facilita a los niños oportunidades iguales al inicio de la existencia y les ayuda a obtener buenos resultados en las etapas posteriores del aprendizaje. Los niños tienen derecho a aprender desde el inicio mismo de sus vidas.

“Puesto que los niños encarnan el futuro, sus mejores intereses son también los nuestros”, dijo Qian Tang.

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La nota original puede leerse en: http://www.unesco.org/new/es/education/resources/online-materials/single-view/news/childrens_rights_are_human_rights/