Por: Redacción UNOiNews/Jovel Álvarez
Todo aquel que haya pasado por un aula en el siglo XXI, habrá escuchado al menos una vez la frase “por favor guarden sus celulares”.
Fue a partir de 2008 que los maestros empezaron a observar la masificación de los teléfonos celulares en sus salones. Estos objetos se convirtieron en los grandes enemigos distractores, y han sido objeto de disputa entre docentes y alumnos desde entonces.
Pues bien, permítame comentarle un caso que leí hace unos días y me pareció digno de compartir en este espacio.
Un titular en Costa Rica rezaba: “El celular es parte de los útiles escolares”. La historia captó mi atención, pues iba en contra de todos los esquemas tecnológicos que yo viví como estudiante, tanto en Costa Rica como en México.
“¿De verdad? ¿Se habrán animado a dar el paso?”, me pregunté.
Al abrir el artículo me vi sorprendido por una respuesta positiva a estas preguntas, pues no solo se detallaba el cambio, sino que se especificaban los buenos resultados obtenidos a partir de su implementación para el aprendizaje de las matemáticas, en marzo de 2016.
El pequeño país centroamericano ha apostado históricamente a la educación, pues desde la abolición de su ejército en 1948, todos los recursos que eran destinados a la milicia, fueron direccionados a la enseñanza. En Costa Rica, los maestros son el verdadero ejército.
En este caso, demostraron su actitud vanguardista al abrirse a la ayuda de la tecnología.
De acuerdo con datos recabados en países de Primer Mundo, la experiencia de la utilización del celular en la materia de matemáticas ha resultado positiva, pues “mejora la educación y motiva el aprendizaje de la materia de los números”.
Según un experto español entrevistado por Telenoticias, de Costa Rica, “con esta herramienta tecnológica los alumnos pueden observar videos, realizar ejercicios y aclarar dudas”.
El cambio implica un reto, pues los docentes deben superar la histórica aversión de casi una década a los aparatos telefónicos con tal de acercar el aprendizaje a sus alumnos.
Si en Costa Rica el Ministerio de Educación dio luz verde a la utilización de los celulares en los salones de clases ¿qué espera México para hacerlo?
Una tendencia bastante popular es la llamada “BYOD” (Bring your own device o Trae tu propio dispositivo), que consiste justamente en que los estudiantes traigan a clases sus equipos electrónicos. Pese a los pros que conlleva, hay también argumentos en contra.
Entre los aspectos negativos se habla de la sobrecarga de las redes wifi de los centros educativos (pues obviamente la cantidad de equipos por estudiante podrían llegar a oscilar entre 1 y 3), además se abre una posibilidad flagrante para el plagio y la deshonestidad en los exámenes, y podrían convertirse en un distractor para los estudiantes.
Además, las marcas de los dispositivos que tengan podrían reflejar un estatus socioeconómico que cree divisiones en los grupos de alumnos.
Lo cierto es que ante este tipo de iniciativas tanto alumnos como profesores deberán encontrar un camino para que la tecnología facilite el aprendizaje, y acabe con las clásicas barreras que dejaban la tecnología afuera del salón.