Autor: UNOi

Fecha: 21 de diciembre de 2013

La tarea, ¿pesadilla o maravilla?

¿Responde la tarea a objetivos pedagógicos escolares y académicos para complementarse o ampliarse después en casa? ¿La hacen los papás? ¿Es necesaria o se puede […]

Néstor Nazario en Educación XXI
Néstor Nazario en Educación XXI

¿Responde la tarea a objetivos pedagógicos escolares y académicos para complementarse o ampliarse después en casa? ¿La hacen los papás? ¿Es necesaria o se puede prescindir de ella? Éstas y otras preguntas se plantearon en la emisión de este sábado de Educación XXI, que transmitida por W-Radio bajo la conducción de Leonardo Kourchenko, tuvo como invitados a los consultores académicos de UNO Internacional, Andrea Treviño y Néstor Nazario

Para comenzar, Néstor Nazario respondió a Leonardo que la tarea sí cumple con un objetivo académico y puntualizó que había tres perspectivas para abordar el tema: la del alumno, la del maestro y la de los padres de familia. Estos últimos, a veces sufren la tarea más que los propios niños, en tanto que los maestros en ocasiones el dejarla obedece a caprichos. Dijo que algunos papás se sienten más cómodos si hay tarea porque a veces es la única vía de comunicación que tienen con la escuela.

Andrea Treviño estuvo de acuerdo en que muchas veces los papás miden el nivel académico y la exigencia de trabajo en la escuela con base en las tareas que se dejan. De algún modo –dijo –, es la única evidencia para saber qué está trabajando en la escuela. Señaló que hay papás que no les gusta –se incluyó en ese grupo–, porque trabajan y demanda un esfuerzo adicional. Distinguió entre las tareas de relleno y las que representan una ayuda, un refuerzo y cumplen con un objetivo académico.

Para los alumnos, apuntó Néstor, la tarea va a depender mucho de lo que se haga en la mañana en el aula; muchas veces consiste en terminar trabajos. Por otra parte, si está bien planeada y con objetivos claros, puede ser incluso atractiva. Pasa de ser sólo académica para ser formativa, promoviendo habilidades no para pasar de año sino de vida.

Andrea Treviño en Educación xxi
Andrea Treviño en Educación XXI

El tener una responsabilidad por la tarde te genera un hábito, dijo Andrea, mismo que será útil en la educación superior. Desde el punto de vista del maestro, agregó que si la tarea es algo improvisado, le representa una carga. Sin embargo, una tarea que cumple con el objetivo de reforzar, practicar, generar independencia y desarrollar habilidades puede ser parte de la evaluación formativa. Va a ser información para el maestro de cómo va el alumno: ya lo vi en clase, ya vi como se desempeña con sus compañeros, ahora veo cómo lo hizo sólo, qué entendió y cómo. Néstor agregó que la revisión no debe quedar sólo en el maestro, sino que el alumno debe poder autoevaluarse.

Andrea consideró que es necesario que el niño se lleve algo a casa a fin de desarrollar hábitos de estudio y habilidades de administración del tiempo. Sobre la duración dijo que se debe calcular para 15 o 20 minutos y que además de un aprendizaje incluya emoción: “Cuando una tarea te motiva el aprendizaje no se olvida”. Como requisitos mencionó que el tiempo esté calculado y que lo que se va a aprender sea claro tanto para el profesor como para el niño, que el niño sepa por qué lo está haciendo.

Respecto a la percepción de los alumnos, Néstor comentó que en una investigación con alumnos de secundaria, el 30 por ciento afirmó que les dejaban tareas significativas, la mitad consideró que eran relleno y el 20 por ciento restante como una combinación de las anteriores.

a Exxi Tarea pesadilla-maravilla 069 LK cegSe destacó la necesidad de equilibrio entre tiempo objetivo y aprendizaje, sin que esto ocupe toda la tarde. Se dijo que las tareas en equipo representaban una complicación para los padres, en particular para los que trabajan.

Sobre los puntos adicionales concedidos por alguna tarea, Néstor observó que los niños son muy hábiles para calcular cuánto necesitan y decidir si el esfuerzo vale la pena. Se pronunció por buscar tareas significativas. No sólo dejarle investigar un tema sino ligarlo al contexto de la vida real.

Ante la resistencia a la tarea por parte de los alumnos, Andrea dijo que son los docentes los que hacen o no las cosas interesantes.

Entre otros puntos se recomendó hacer cosas con lo leído; transmitir emoción más allá de lo académico; articular con la cotidianeidad y explicar el para qué; conocer a los alumnos para poder dejar tareas diferenciadas; relacionarlas como punto de partida para la actividad del día siguiente y, tener presente que a los niños le lleva más tiempo que a los adultos.

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