Para cerrar el Cónclave UNOi en Cartagena, Colombia, Sergio Quadros habló de la escuela que viene, una que no está concretada totalmente, pero de la que ya venimos diciendo que hay una cultura, una gestación que ya está ocurriendo. La crisis que estamos viviendo es una señal de la transformación que está por venir, señaló.
Antes de la exposición final, Leonardo Kourchenko junto con Rodrigo Pucci, pidió a los directores presentes que pusieran en un papel –de manera anónima–, la decisión transformadora que, derivada de estos dos días de trabajo, hubieran decidido llevar a sus colegios. Las boletas se depositaron en unas urnas y se harán públicas en breve en las redes sociales de UNOi.
En su alocución, Quadros externó sus expectativas de que, entre otras muchas dimensiones, la escuela que viene va a mejorar en la dimensión tecnológica y en la dimensión humana. Dijo que aunque la primera es compleja, no lo es tanto como la segunda.
Recordó que la tecnología no es nueva en la escuela y hace muchos años que venimos probando elementos tecnológicos en ella. Me parece, dijo, que tenemos que pasar una transición en el uso de la tecnología –un cambio de paradigma–, vista primero como herramienta y después eventualmente como lenguaje.
En una analogía con las matemáticas, dijo que aunque pudieron surgir como una herramienta para auxiliar a las ciencias en mediciones, fueron creando abstracciones de complejidad propia. De modo que las matemáticas pasaron de ser una herramienta a ser un lenguaje capaz de traducir, mediante ecuaciones, fenómenos físicos, químicos, biológicos.
Con la tecnología creo que va pasar algo similar. Ya probamos y no basta. No es suficiente cambiar un pizarrón por una tableta, no es ese el papel que queremos que tenga en el aula; cambiar una herramienta por otra. La tecnología comienza a convertirse en lenguaje cuando empezamos a traducir conceptos y trasciende y va creando estructuras propias.
No hay cambio conceptual en poner una enciclopedia en un CD-ROM, el cambio conceptual es cuando se convierte en Wikipedia, en una construcción colectiva en la que se participa y se disiente.
En la escuela por venir, me parece que la dimensión tecnológica tiene aún que avanzar mucho y ponerla en la vida de los profesores y de los alumnos.
En cuanto a la dimensión humana, Quadros la considero la más trascendente y que nos lleva de nuevo a la discusión original, que carga de significado a la escuela.
La nueva escuela, dijo, no debe centrarse en las materias y sí en los alumnos, que sean ellos los protagonistas y no la representación de la nota de una evaluación. Que el foco sea el estudiante y las capacidades que puede desarrollar. Que la finalidad no sea aprobar un examen de ingreso a la universidad. Uno no puede mirar a un alumno e imponerle el curso que tomará su vida para que se transforme en un profesional x. La escuela debe saber evaluar las potencialidades de sus alumnos de modo que se sientan valorados como personas. Ellos no son una x o y futura, ya son ahora.
Quadros negó que lo que las familias quieren, aunque así lo expresen, es que sus hijos ingresen a la universidad. En el fondo, lo que fundamentalmente quieren es que sean personas exitosas y felices. Su futuro no está resuelto, pero tenemos que confiar en sus capacidades y talentos.
Es importante que la escuela vuelva la vista al alumno; el currículo y las evaluaciones seguirán existiendo, pero no pueden ser el foco. Un alumno es mucho más que la calificación que saca; ustedes tienen la obligación de demostrarlo, concluyó.
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