Autor: UNOi

Fecha: 3 de agosto de 2012

La dirección del cambio

   por Pablo Doberti         Probablemente, el problema sea que la escuela, que si al caso a veces consigue informar, definitivamente no forma. Para formar en […]

   por Pablo Doberti        

Probablemente, el problema sea que la escuela, que si al caso a veces consigue informar, definitivamente no forma.

Para formar en lugar de informar, la escuela se tiene que reinventar. En todos los casos y en todos los planos.

 La formación es posicional y permanente y la información, sustancial y coyuntural.

La formación es existencial y la información, asistencial.

La formación es activa, la información, pasiva.

La formación es el por qué, la información, apenas el qué.

La formación es siempre general, la información, faltamente particular.

La formación tiene la gracia de lo etéreo, la información, la abulia de lo sustancial.

La formación es la capacidad de hacer, la información, de atestiguar.

La formación acredita la invención y el descubrimiento, la información, los niega.

La formación es vigencia, la información, obsolescencia.

La formación es obtusa, la información, aguda. Una abre, la otra, cierra.

La formación dignifica, la información, denigra.

La formación da potencia, la información, impotencia.

El proceso de formación es completamente diferente al de información. Opuestos.

No se puede dedicar tanto tiempo a obtener lo que no se necesita.

No se puede desperdiciar tanto tiempo de formar en lo que tanto se necesita.

Formar es un trabajo fino, desestandarizado, complejo y delicado. Busca forjar las confianzas y desarrollar los hábitos de la producción. Aprender haciendo. Hacer para aprender. Aprender a hacer.

Formar implicar errar. Formar juega con errar y con forjar. Informar, por el contrario, no solo no juega con nada, sino que aprieta y asfixia. Informar es no formar, pues. Es tal vez deformar.

Formar divierte, informar agobia.

Formar impulsa, informar detiene.

La información sin formación es erudición, o sea, vitrina intelectual, pose.

Formo aludiendo, informo transfiriendo. En la una hay desliz, desfase… sujeto, persona. En la otra solo hay tautología, si al caso.

Uno es llama, el otro, cuenco.

La alusión produce; la transferencia apenas reproduce.

Las estrategias de la formación son el envés de las estrategias de la información. Lo que produce la una rechaza la otra. Por eso el cambio es cambio.

Lo que erige al maestro tal como lo entendemos obtura el proceso de formación. En el, su silencio y su lateralización son nuestras herramientas. Es otro maestro; más sabio, menos protagónico, más encomiable porque es menos explicito. Sócrates, tal vez. Austeros formadores del otro.

Si aceptamos todos que informar por informar carece de sentido y que formar para formar es el desafío, entonces comencemos a girar. Porque si acordamos el para qué, entonces el giro es giro consiente, aunque difícil.

No es que desaparezca la información del proceso, es que se corre del eje y llega por añadidura, de manera incidental y siempre inestable. Es convocada, que no es lo mismo que convocante; es necesitada, que no es lo mismo que necesaria. La información es solicitada a propósito del proceso de formación y no al revés.

Y más aun, la formación aparece solicitada a propósito del proceso de invención o producción. Y con ella, la información que le da cuerpo.

Es todo lo mismo, pero desordenado. Y como nos cuesta desordenarnos! Desordenado, es decir, reordenado de otra manera, mejor. Revestido tanto ética como epistemológicamente. Reinventado.

Juego simbólicos. Ordenes posicionales. Nuevos roles para nuevos productos.

Reinventarnos para inventar; repensarnos para pensar.

Al proceso de formación no le importa a que llego sino cómo llego a lo que llego. A la formación le importa la calidad del proceso, quiero decir. Y cuando digo que le importa, lo que estoy diciendo es que eso evalúa y eso valora. Eso y no lo otro.

Evaluación de procesos, de la que siempre hablamos.

Formar a los niños en su capacidad de hacer, a eso llamamos formar. Pura potencia.

Capacidad de hacer en todos los planos. En todos los planos de hacer y en todos los planos en que se constituye la capacidad de hacer. Hacer muchas cosas y muchas cosas que te hagan hacer.

Es una sola dirección, como se ve. Y muchas, miles de ramificaciones y consecuencias, en todos los niveles.

Es una sola nueva dirección para una decisión compleja, honda, nueva, innovadora, transformadora. Una dirección nueva para una escuela nueva.