Por Redacción UNOiNews/Jovel Álvarez
Cada vez son más los jóvenes que externan a sus padres el interés de vivir un capítulo de sus vidas en el extranjero, y esto conlleva que los padres lleven a cabo una reflexión a profundidad sobre si es o no el momento oportuno.
Ya sea para una temporada corta -como verano- o más larga -para cursar un año escolar- la decisión no siempre es fácil. Enviar a tus hijos a estudiar al extranjero, aunque sea por un par de meses, es una decisión que afecta a toda la familia. Sin embargo, es importante tomar conciencia de las grandes ventajas que puede aportar a la vida de nuestros hijos una experiencia de este calibre.
Si de por sí viajar constituye una vivencia fascinante en la vida de un adulto ¿cuánto más puede significar en la vida de un joven? “Viajar abre la mente”, se dice siempre, y esto es sumamente cierto. Encontrarse en un país extranjero somete al joven a una situación diversa, en la cual debe encontrar los mecanismos sociales e intelectuales para salir adelante.
Siempre se llegará a un mayor conocimiento de sí mismo en una experiencia de intercambio, pues situaciones que en casa se dan por sentadas (cocina, lavandería, supermercado y control de las finanzas) de repente recaen por completo en el joven.
Esto desemboca inevitablemente en un aumento de la confianza del individuo en sus capacidades.
Una de las grandes ventajas que ofrecen los intercambios es la posibilidad de perfeccionar una segunda lengua, y esto se da justamente por la necesidad de socializar que tienen los jóvenes. El intercambio les dará un nivel práctico de la lengua que jamás conseguirán en casa, y esto siempre será de gran beneficio.
Un intercambio estudiantil permite forjar una red de nuevos amigos que van más allá del Facebook, personas de culturas diferentes, con costumbres y tradiciones por explorar, que permitirán al joven experimentar un choque cultural único.
Los intercambios estudiantiles harán que tus hijos conozcan un nuevo nivel de exigencia académica que ayudará a aumentar su disciplina en el estudio, algo que podrá verse reflejado a su regreso a casa.
Es lógico que las preocupaciones existan, pues la juventud conlleva una exposición a diversos escenarios de los que no quisiéramos que ellos tomasen parte, sin embargo, la decisión de realizar esta experiencia debe estar basada en la confianza mutua, de forma que los resultados de este capítulo puedan ser beneficiosos para todos en el futuro.
Próximamente te compartiremos información sobre los diferentes tipos de intercambio de los que pueden participar tus hijos.