En la emisión de este sábado de Educación XXI, transmitida por W-radio, se comentaron elementos con los que pueden contar los padres de familia para confiar en los maestros de sus hijos.
En la conducción del programa, Leonardo Kourchenko comenzó por comentar un incidente en un kínder de la ciudad de México, donde una maestra sacudió a un pequeño en forma exagerada. El momento fue captado en un video que se difundió en las redes sociales generando diversas reacciones en la última semana. Sin abundar en los detalles, los especialistas invitados se refirieron a la forma de prevenir e identificar este tipo de situaciones.
Para iniciar, Regina Martínez Fabre, psicóloga del grupo de Julia Borbolla, habló de la importancia de distinguir entre lo que es normal y lo que no lo es, cuya línea divisoria suele ser muy delgada. Dijo que la intuición de la madre es determinante para captar señales de alerta con base en la observación de cambios de conducta, que en ocasiones ocurren cuando el niño no verbaliza lo que está viviendo. Cuando hay una amenaza –precisó–, el niño no quiere decirlo o no sabe cómo hacerlo.
Por su parte, Claudia Rojo, Directora del Colegio Europeo de México Robert Schuman, señaló que es posible prevenir si desde pequeños les enseñamos a identificar sentimientos, frustración, tristeza, alegría. Esto puede ayudar a distinguir entre una molestia ocasional y algo más serio. El consultor en educación, Pedro Landaverde comentó que en las escuelas ya existe el interés para que los niños sepan entender y reconocer sus emociones y Claudia agregó que el trabajo en este campo ayuda a detectar alguna necesidad de apoyo emocional para poder resolver una académica posterior y no al revés.
A la identificación de sus sentimientos –complementó Regina–, los niños deben saber qué merecen y qué no y puso como ejemplo el de un niño que ha sido nalgueado en casa que no protestará si le sucede en la escuela.
Al abordar la parte de los docentes, Claudia mencionó que algunos maestros que lo vivieron pueden ver normal alzar la voz, zangolotear a un niño o dar un reglazo. Leonardo apuntó que son prácticas inadmisibles hoy en día y Claudia agregó que desde la posición de dirección es importante la cercanía con tus maestros te permite detectar cuando necesitan ayuda. Más allá de su formación y sus credenciales, es en el día a día frente al aula donde se aprecia su verdadera vocación. El monitoreo de aulas debe ser una actividad regular por parte de la dirección de las escuelas, afirmó.
Para la selección de maestros, Pedro consideró importante su procedencia universitaria, la evaluación de su capacidad académica, su experiencia sin descartar a los que inician por primera vez en el magisterio, la entrevista con director, un examen psicológico, la presentación de una clase muestra, el perfil del puesto y su entorno familiar. A lo anterior, Claudia agregó el manejo de redes sociales como deseable hoy en día.
En el tema de la prevención, Regina dijo que se puede hacer desde casa fomentando conductas de autocuidado. Comentó que en el consultorio aplicamos un programa llamado Escuela-Dignidad que tiene que ver con esa parte del merecer: qué sí mereces y qué n, y habla de las “trastadas” como: golpear, forzar, ofender, tocar genitales, entre otras y, sin dar más información de la que el niño debe saber. La idea es formar un escudo de dignidad.
Lo más importante –siguió Regina–, es la prevención, fomentar el concepto de que son únicos y cómo cuidarse a sí mismos además de confiar en alguien que los proteja. Otra parte importante es su voz, que es el elemento con que cuenta para defenderse. Los niños –aseguró–, no mienten cuando tiene que ver con sus sentimientos.
Regina recomendó a los padres creerles a sus hijos y estar pendiente de lo que dicen para diferenciar entre algo imaginativo o algo que les está sucediendo. Destacó también la importancia de siempre validar antes de juzgar: “Entiendo lo que me estás diciendo y vamos a ver qué podemos hacer”. Esto mismo aplica para los maestros.
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