De la visita del papa Francisco a México, Pablo Doberti –que coincidió en estas latitudes por esas fechas–, rescata el uso magistral que hizo de la palabra el pontífice para hacer llegar su mensaje y lo toma como ejemplo a considerar en la labor docente: “El maestro lo mismo, día tras día; debe construir su palabra de a poco y luego cuidarse de no dilapidarla en eternos discursos vacíos…”.
Francisco habló cuando tenía que hablar, dijo lo que tenía que decir y a quien tenía que decirlo con la palabra como única herramienta, que es la misma de la que disponen los maestros para forjar competencias en sus alumnos. palabras sencillas y claras como las de Francisco, pero que sean capaces de impulsar, provocar y mover a la acción en un mundo gastado de palabras.
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