Los castigos pueden tener importantes repercusiones negativas, Es por ello que castigar de manera violenta y sin sentido no es conveniente ya que estos castigos no educan. En lugar de castigos apliquemos consecuencias lógicas a sus actos. Aplicar consecuencias lógicas sí es conveniente y sí es educativo ya que el niño comprende que es lo que ha hecho mal. Comprende que sus actos pueden ocasionar daños y aprende a ser responsable de los mismos. Un castigo que sea humillante o desproporcionado es perjudicial. La autoestima puede sufrir daños severos.
Castigar de manera recurrente quizá elimine de momento la conducta inadecuada, pero solo para evitar el castigo.
Aquí algunas propuestas:
- Reforzar positivamente las conductas deseadas. No tiene que ser un premio.
- Explicar qué hizo mal y cuáles con las consecuencias. Amenazar o humillar está descartado
- La consecuencia lógica debe corresponder con la conducta. Ni exagerada ni leve y aplicarse en un periodo de tiempo breve.
- Privilegiar el diálogo. Comunicar con amor es la mejor forma de establecer las bases para desarrollar la responsabilidad.
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