¿Están los niños más –o menos–, atentos, motivados, despiertos o creativos cuando experimentan ciertas emociones? Con la idea explicar a la audiencia si las emociones y su identificación tienen relación con el desempeño de los niños, la emisión del pasado sábado de Educación XXI, a cargo de Leonardo Kourchenko, recibió en la cabina de W-Radio a Sandra Vázquez, asesora educativa, experta en el desarrollo de competencias y coordinadora académica del Papalote Museo del Niño; y a Leticia Valero, directora de Educando en Conciencia.
Para iniciar, Leticia Valero afirmó que los niños pueden aprender mejor si tienen un sano manejo de sus emociones. Un niño que puede manejar su enojo, su ansiedad, miedo o frustración puede estar en el colegio aprendiendo. Uno que no, no puede accesar sus habilidades ejecutivas del cerebro como la cognición, la memoria, el manejo del tiempo, etc. Dijo que se ha comprobado que quienes tienen una buena autorregulación, les va mejor en la escuela incluso con quienes tienen una capacidad intelectual superior.
Sobre su acercamiento al tema, Sandra Vázquez recordó que en un consejo técnico en una escuela se preguntaron cómo aprenden mejor los niños y, una maestra comentó los niños felices aprenden mejor. Buscaron quién midiera la felicidad y no encontraron, pero sí quien midiera inteligencia emocional. Concluyeron que el ser humano debe conocerse en tres aspectos muy importantes: autoconocimiento, autodominio y automotivación. El desarrollo de la Inteligencia Emocional en los niños desde pequeños, dijo, lo primero es conocerse a uno mismo y entender que uno tiene diferentes emociones: ira, pereza, y que se pueden manejar en el aula y en la vida diaria, para lo que se requiere un metodología de trabajo. Agregó que hay muchos métodos, entre ellos la musicología con la que se pueden empezar a despertar cierto tipo de mociones.
Comentó Leonardo sobre un curso de respiración de una escuela hindú, mediante el que alcanzas un momento de paz y equilibrio sintonizando tu respiración, tu tono personal, con la vibración de la música. Al respecto, Lety agregó que si estás en paz, estás listo para lo que te mande la vida. Un cerebro estresado, que no ha aprendido a controlar las emociones, no puede aprender, poner atención, retener, dijo.
Sandra observó que se han etiquetado mal las emociones, poniendo a la ira o el enojo como algo negativo.¿Te has sentido histérico, iracundo, perezoso, nostálgico? Cuando a un niño le pides –sin cierto tipo de entrenamiento– que identifique emociones, identifica tres: estoy triste, enojado o cansado. Les cuesta mucho trabajo identificar otros tipos porque tradicionalmente en los colegios no se enseñan las emociones; los niños las guardan, las rechazan.
Leonardo preguntó si ayudan estos espacios en los salones de preescolar o primaria baja, destinados al descanso y la relajación y, Lety dijo que son espacios donde el niño puede ir a regularse. En Disciplina consciente se llama el lugar seguro. En un adulto, es ese lugar dentro de nosotros donde podemos tranquilizaros; el niño necesita un lugar externo para poder cambiar su estado, por ejemplo de enojo a tranquilidad y practicar la autorregulación.
Este proceso, dijo Lety, no nos lo enseñaron. En el pasado las emociones se castigaban se ocultaban, se coartaban… Cosas como que el niño está llorando y le dices “¿Te dolió? … ya no duele, ya no duele” o, “te voy a dar una galletita…” No necesitas una galletita; necesitas aceptar que sí dolió, que sí le asustó y saber qué hacer con ello. Sandra coincidió y dijo que el problema es que las calificas; no todo es negro o rojo, azul es o verde. Todos vivimos una gama de emociones durante el día.
A la pregunta de Leonardo sobre si las emociones gobiernan la conducta, Lety dijo que si permites que tú te conviertas en la emoción, te gobierna; si sientes la emoción y no te conviertes en la emoción, entonces soy yo siendo enojada, no yo siendo el enojo. En la medida que puedo separarme de la emoción y decir yo no soy el enojo sino que me siento enojada, lo identifico y le doy un nombre y entonces lo puedo regular.
Leonardo subrayó el terreno ganado por la Inteligencia Emocional en el ámbito educativo a partir de Daniel Coleman y Lety afirmó que hoy nos damos cuenta de la importancia de saber por qué estas inquieto y qué hacer al respecto.
Recapitulando, Leonardo señaló que estaban de acuerdo todos en que el equilibrio emocional, la autorregulación o autodominio facilita y apoya el aprendizaje. Es mejor identificar las emociones y manejarlas, que reprimirlas y coartarlas. Ahora bien, ¿cómo identificarlas sin que me dominen?
Lety opinó que debemos enseñarles a los niños –nosotros, con el ejemplo–, que se vale sentirse enojado; las emociones no son buenas ni malas. Tienes que aprender a manejarlas y saber qué puedes hacer cuando te sientes enojado; puedes decir: “necesito mi espacio, respirar, caminar”. Primero identificarlas y saber qué sí puedes hacer con esto. No tiene que ser inmediato; si estás triste porque murió tu perro, la tristeza a lo mejor te va a acompañar un tiempo, pero no te vas a convertir en la tristeza.
Por su parte, Sandra dijo que una vez que una escuela decide trabajar la inteligencia emocional, es recomendable una evaluación diagnóstica, y seguir un programa de programa de entrenamiento. El maestro debe entender que cuando el niño dice me siento enojado está dando información valiosa a la que hay que dedicarle un tiempo. Tradicionalmente, comentó, a los conflictos de emociones se les llamaba problemas de disciplina. Esto ha cambiado; hoy se da disciplina con dignidad en el aula. Todos los colegios estarán de acuerdo que queremos aulas disciplinadas, pero no con un orden estricto donde los niños no se muevan o no sientan.
Respecto al desarrollo de habilidades académicas y socioemocionales. Sandra se refirió al libro de Jack Ellors donde define la competencia como un grado de dominio de habilidades emocionales e intelectuales, valores y conocimientos en una actividad clave de éxito. La propia SEP, agregó, incluye ya en sus materiales esta parte de inteligencia emocional como parte del proceso curricular.
Sobre involucrar a los maestros en el aspecto de las emociones, Leticia Valero resaltó que es importante primero que el adulto entienda el impacto en su vida, que reflexione cómo fue educado y como educa y, en la posibilidad de romper ese ciclo; cuando ven los efectos en su vida personal, es más fácil que lo haga con sus alumnos. Sandra complementó refiriéndose a la teoría de la elaboración, que dice que para que se instale la habilidad –intelectual o emocional–, lo tienes que hacer de manera repetitiva, gradual y progresiva.
En el aula, Lety consideró que se pueden aprovechar, para enseñar su manejo, los conflictos y emociones que surgen, sin tener que pararlos. Además, aprende no sólo el que pasa por el momento sino todo el grupo.
Para Sandra, el grupo tiene como característica ciertos indicadores que pueden ayudar al maestro a identificar si están aburridos y hay que cambiar de actividad, o si requieren de su atención y es necesario escuchar.
_______________________________
Lety Valero está en FB como Educando en Conciencia con Conscious Discipline y en Twitter en @letenconsciencia.
Sandra Vázquez está en el correo misssandra.vazquez@gmail.com
El audio del programa completo puede escucharse aquí.