Por Sandra Vázquez
Acabando de leer el Blog de Pablo Doberti (http://www.pablodoberti.com/?p=17) tuve una experiencia que explica claramente sus 4 premisas sobre Lo Digital vs La Escuela.
Resulta que debido a una falla de una aerolínea no puede viajar y acompañar a Adrián Oskam, consultor de nuestro Equipo de Innovación Educativa a visitar al Colegio Remington, que tiene una presencia y tradición importantes en Mazatlán, Sinaloa, y que se interesó mucho en saber cómo son las clases de UNOi en Secundaria.
Ya teníamos todo listo, la clase bien estructurada y materiales interesantes para un tema de Matemáticas por lo que decidimos enredarnos, comunicarnos a través de un concepto de videoconferencia y dar el taller.
Usando la primera premisa que propone Pablo en su artículo iniciamos la clase con un video de Interacción constructiva de Matemáticas, que muestra cómo se puede dar una clase de Matemáticas a través del uso de recursos digitales y la presencia de un buen maestro como mediador de la información. (http://www.youtube.com/watch?v=_PzRWNp_b0I)
¿Y qué dice Pablo Doberti? Aquí está su reflexión: “Primera premisa. Somos fans de aprender haciendo”.
Hicimos una demo digital. Escondimos debajo de los pupitres unos iPads por grupo e inmediatamente pedimos a los estudiantes que entraran a la plataforma, buscarán el tema de Matemáticas e interactuaran con los iBooks de UNOi
En este colegio no se había usado un ambiente digital, y lo que logramos se ve reflejado en el entusiasmo de los estudiantes y maestros al explorar, descubrir y aplicar un conocimiento abstracto en algo digital, tangible y que le da significado a lo que debemos aprender.
Cito nuevamente a Pablo: “…entonces ¿cuándo empezar a usar este mundo digital en la escuela?”
“Yo creo que es al revés. Sé que es al revés. Debemos empezar ya mismo a hacer para poder entonces comenzar a aprender algo. Debemos empezar sin haber aprendido, quiero decir. La tecnología debe comenzar a actuar en la escuela y con eso aprenderemos algo de lo que querrá decir la tecnología en la escuela. El aprendizaje como una consecuencia de la acción. La encrucijada, como se ve, es crucial. Punto y aparte. Segunda premisa.”
Sigo mi relato. La clase tenía un propósito y un objetivo académico y teníamos que centrar la atención de los estudiantes hacia la tarea. Lo que nos dimos cuenta es que si la herramienta digital es tan poderosa, atrae, seduce y enseña, Sin miedo dejamos a los estudiantes y maestros –que para este momento ya estaban en las mesas de trabajo y en equipos–, trabajaran, descubrieran además de reconocer e innovar. Nuevamente cito a Pablo:
“En la educación y en la escuela pretendimos también otro falso movimiento, al que llamamos –para simplificar- escolarización de lo digital. Que esta trama social espectacularmente abierta del mundo web en la escuela “se comportara”, es decir, se sometiera a reglas históricas y solo hiciera lo que la escuela desea que haga, tal como la escuela desea que se lo haga. Que lo digital en la escuela se dé cuenta de que está en una escuela… Y pues no. Lo digital es indomeñable y se sacude, se zafa y comienza a entrar por las grietas, es decir, por los descuidos de la escuela, en los bolsillos de los niños. Mala ecuación porque se carga de ímpetu conspirador y después vaya uno a saber…
Lo digital –como la adolescencia- no acepta reglas que lo nieguen como lo que es. Se trata de digitalizar la escuela, no al revés. Y lo digital viene con lo que viene. Punto y aparte. Tercera premisa.”
Terminamos la clase usando ejemplos claros de cómo aprender matemáticas de una forma diferente, divertida y en donde el proceso de una red a distancia y el material digital adecuado nos permitió acercarnos al estudiante y maestro para cambiar la educación del Siglo XXI.
Y así, mi reflexión regresa a lo que nos comenta Pablo:
“Lo digital no es un objeto de estudio. No se estudia en sí. Ni es una competencia, siquiera. Es una atmósfera que atraviesa los procesos y las prácticas sociales (para el caso, los del aprendizaje). Los atraviesa y los altera, como toda buena atmósfera. Pero mientras, nosotros queremos “estudiar” lo digital, aprender lo digital, reducirlo a un proceso racional y organizado. Aparatoso gesto escolar que no comprende que no es ni posible ni necesario aprender a respirar la atmósfera digital, que simplemente, se trata de respirarla. Eso mismo que ya hacemos todos -aunque la escuela lo niegue; y bastante bien, además. Inconscientemente.
Lo digital es un nuevo medio ambiente en el que se desarrollan las prácticas sociales XXI y en el que éstas quedan predeterminadas, otra vez más. Eso es lo que la escuela no recrea en su interior. Por eso está rara. La comunidad escolar no respira digital. En las escuelas falta lo digital como falta aire en la cúspide del Aconcagua. Conforme nos vamos acercando a las escuelas, sentimos –como en las fosas nasales- ese enrarecimiento. Punto y aparte. Cuarta premisa.”
Música, rap en el aula y el gusto por aprender de una manera diferente, a distancia, con las ganas de estar aquí y compartir con ustedes mi experiencia, nuestra experiencia.
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