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El pensamiento lateral como herramienta creativa para la solución de problemas

Entre los muchos ejemplos que hicieron las delicias del auditorio al dictar su conferencia sobre la Psicología de la innovación educativa, ante el segundo grupo de docentes que participan en la capacitación inicial de Uno Internacional, Julia Borbolla se refirió al pensamiento lateral y contó la historia de Alejandro, un chico con Trastorno de Déficit […]

Autor: UNOi

Fecha: 5 de agosto de 2016

Entre los muchos ejemplos que hicieron las delicias del auditorio al dictar su conferencia sobre la Psicología de la innovación educativa, ante el segundo grupo de docentes que participan en la capacitación inicial de Uno Internacional, Julia Borbolla se refirió al pensamiento lateral y contó la historia de Alejandro, un chico con Trastorno de Déficit de Atención que llegó a su consulta psicológica.

El chico –entre 8 o 9 años–, se plantó ante ella y le dijo: “Soy Alejandro. Soy TDA. Tomo Ritalín. Y usted es la quinta psicóloga que me atiende”. A esta declaración, la psicóloga respondió: “Soy, Julia. Soy Psicóloga. Tomo x para el colesterol. Y eres el quinientavo niño que atiendo”.

Según Wikipedia –Julia no lo detalló en su exposición–, el Pensamiento lateral es un método que puede emplearse para resolver problemas de manera imaginativa. Suele usarse en la psicología individual y se caracteriza por producir ideas que estén fuera del pensamiento habitual.

Al abundar en sus intereses, el niño afirmó que era actor y Julia, aunque se preguntó cómo era posible si no podía concentrarse, recurrió otra vez al pensamiento lateral y le replicó que ella era también empresaria teatral y juntos decidieron embarcarse en la aventura de montar el “Cuento de Navidad” de Charles Dickens. Con un casting de lo más singular, el elenco se completó colocando un anuncio en la sala de espera de la consulta.

Durante los ensayos, Julia descubrió muchas cosas, entre otras, que a Alejandro le gustaba subrayar con amarillo sus parlamentos en el libreto y le recomendó hacer lo mismo con sus textos escolares, favoreciendo así su atención.

Para interpretar a Scrooge –no podía ser otro su papel–, Julia decidió prestar a Alejandro una reliquia familiar: el sombrero de copa de su abuelo. A espaldas del niño la madre hacía señas para que no lo hiciera. La va a estropear, dijo; a lo que Julia respondió que no se lo prestaba a ella y que él se encargaría de cuidarlo. Esa noche, el niño durmió con el sombrero puesto.

Provocando una vez más la hilaridad de la audiencia, Borbolla aseguró que Dickens murió dos veces: la primera cuando ocurrió su deceso natural y, la segunda, cuando vio su puesta en escena; por cierto, la única que se representó.

Para concluir la historia, Julia comentó que en la actualidad Alejandro está por graduarse de una carrera de artes escénicas en una prestigiada Universidad.

Se pueden lograr grandes cosas con solo conferir confianza a la persona.

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