El hackeo de casi todo. Alternativas para la educación de hoy - UNOi Internacional
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El hackeo de casi todo. Alternativas para la educación de hoy

Interrumpir, reinventar, modificar. Estos fueron los conceptos que asoció Alejandro Piscitelli a la palabra hackeo, con la que tituló su exposición en la segunda jornada del Congreso Internacional de Directores UNOi, celebrado en la Riviera Maya la semana anterior. A lo largo de poco más de una hora, el filósofo compartió con los asistentes una […]

Autor: UNOi

Fecha: 24 de marzo de 2016

Interrumpir, reinventar, modificar. Estos fueron los conceptos que asoció Alejandro Piscitelli a la palabra hackeo, con la que tituló su exposición en la segunda jornada del Congreso Internacional de Directores UNOi, celebrado en la Riviera Maya la semana anterior.

A lo largo de poco más de una hora, el filósofo compartió con los asistentes una verdadera catarata de innovaciones, tendencias, datos, experiencias, videos, audios, libros e ideas; todo ello en curso y encaminado hacia una nueva construcción del conocimiento.

El expositor abrió su charla diciendo que “sabemos que tenemos que cambiar, pero nos cuesta mucho” y, puso como ejemplo el tráfico del que todos nos quejamos pero que nosotros mismos generamos. Lo mismo pasa con la educación –dijo–, la educación la hemos generado nosotros y nosotros tenemos que reinventarla.

Piscitelli mostró un video de Jason Silva en el que enfatizó la necesidad de trabajar para recuperar el éxtasis del conocimiento; comentó la diversidad de recursos abiertos disponibles; se refirió a la huella dejada por el hombre, por ejemplo, en el ejército de terracota descubierto en Xian o en las pinturas rupestres de la cueva de Lascaux. Dibujar, representar, el culto a los muertos, todo eso nos hace humanos, afirmó.

Sobre el mundo complejo en el que nos tocó vivir –y educar–, citó los títulos de revistas que vio en un kiosco de Miami: Vida inteligente; Compañías rápidas; El nuevo Filósofo; Tecnología y el cerebro. De lo que se trata, aseguró, no es de enseñar, sino de dejar aprender. ¿Cómo se educa en el mundo del big data, un mundo en el que dejamos trazas, huellas digitales permanentes? Todo este material está disponible en YouTube, en Wikipedia; podemos preparar clases con esto, problemas, proyectos.

Citó cifras de lo que llamó disrupción en el empleo: De 7 mil 400 millones de personas en el mundo, 5 mil millones están en edad de trabajar y solo trabajan 3,100 millones. De éstas, 1,300 millones tienen trabajos estables y, de ellas, solo 200 millones trabajan en algo que les gusta.

En materia de robótica e inteligencia artificial mostró la imagen de una enorme bodega automatizada de Amazon y el video de un automóvil de Google que se conduce solo y que, en mil millas, sólo tuvo dos accidentes: otro auto que chocó con él y alguien que pretendió manejarlo. “La inteligencia de las máquinas es brutal; nos lleva a repensar todo”, sentenció.

Al respecto, recomendó visitar edge.org. Una organización donde cada año, John Brockman lanza una pregunta que responden 200 de las personas más inteligentes del mundo y luego se convierte en un libro. La pregunta el año pasado fue: “¿Qué pensar de las máquinas que piensan?”. Las máquinas ya piensan –subrayó–, y están amplificando nuestra inteligencia.

En otro ejemplo, este en materia de inteligencia musical, reprodujo el audio de una pieza al estilo de Vivaldi, pero que fue compuesta por un robot cuyo autor es David Cope y que también puede producir música como Bach o Beethoven.

Comentó además el sistema de realidad virtual Oculus Rift, recién lanzado al mercado por Facebook, quien lo adquirió hace tres años de su creador –Palmer Luckey de 18 años–, en 2 mil millones de dólares. El visor se vende hoy en 600 dólares y es, dijo, una máquina de inmersión perfecta; uno se mete y está viviendo como en otro mundo, algo que a los maestros les pasa todo el tiempo, bromeó.

¿Qué hacemos con todo esto?, preguntó Piscitelli. Robots, algoritmos, máquinas que piensan, desconfianza, distancia generacional, dificultad para acomodar la letra con la imagen, para acomodar la animación con el tiempo lento de la educación convencional. Tenemos que reinventar la forma de interactuar entre docentes, padres, alumnos, políticos, etc. A eso llamamos el hackeo de casi todo.

Piscitelli dividió al hackeo en cinco dimensiones: espacio, tiempo, contenidos, evaluación y vínculos. Señaló que no podemos seguir enseñando el espacios que tenemos hoy y que no tiene  sentido dividir las materias en 40 minutos. Las materias son una aberración del siglo XIX que hay que eliminar; hay que trabajar por proyectos, etcétera. Destacó el hackeo de los vínculos, las relaciones de poder que hay en la escuela y de la escuela con el edo. Hay que meterse de lleno en el diseño participativo.

A la cultura maker la asoció con dos dimensiones: construir, cuto mejor ejemplo son las impresoras 3D y, la idea de transformación permanente donde nada sale de la nada y todo es transformación de algo anterior. No existe la originalidad absoluta, lo que vemos es mutaciones, transformaciones, todo es un remix. La escuela va a tener que aceptarlo.

Mencionó un proyecto desarrollado en la Universidad de Buenos Aires en 2009, en el que decidieron ya no dar más clases, sino diseñar proyectos. Pusimos a los alumnos de un curso dentro de Facebook, a estudiarlo desde Facebook y se demostró que era posible enseñar en la Universidad  de una manera distinta.

En la escuela Sarmiento –70% de alumnos pobres y 30% de ricos–, el proyecto Uno a Uno dio una computadora por chico, pero sobre todo un adulto por cada uno. Juntos decidieron y negociaron su trabajo. No hay escusa para la transformación, dijo. Ni la SEP, el manual o la evaluación lo impiden. Ustedes pueden hacerlo. La escuela del futuro es posible hoy.

En otro caso, habló de un chico que odiaba la escuela y se reconcilió con ella al hacer sus propios videos de lo que hacían sus compañeros. Nadie le enseño a hacer el video o el guión. Fue un proceso de autoaprendizaje.

Mostró también imágenes de la biblioteca del Tec de Monterrey en la ciudad de México, que era un desierto hasta que el proyecto Learning Commons rediseñó la arquitectura del espacio y se convirtió en algo vivo y lleno.

Narró Piscitelli su experiencia en el colegio Maguen David, en Cuajimalpa, donde está en marcha un proyecto de rediseño organizacional de la escuela, que incluye arquitectura del aprendizaje, espacios maker, Media Lab, Bring your Own Device y más. La idea es aprender haciendo, aprender en todo momento, en todo lugar.

Como ejemplo de Remix, contó que la letra de la canción de los Beatles Welcome to Mr Kite no fue escrita por Lennon y Mccartney, sino que transcribieron literalmente un cartel de un aviso de un circo de mediados del siglo XIX.

En otro tema, el filósofo aseguro que los chicos de secundaria no deben tomar Física o Química a primera hora de la mañana, sino gimnasia u otra actividad física, porque sus neurotransmisores empiezan a despertar a las 9 de la mañana. Tenemos que rediseñar no solo la currícula, sino la forma en que organizamos las materias.

Otra iniciativa de la que forma parte Piscitelli es Minerva, una universidad sin campus –su campus es la ciudad–, con 12 horas de clase en línea a la semana de lunes a jueves. Funciona con base en experiencias de aprendizaje activo en distintas ciudades del mundo y se trabaja en grupos pequeños para desarrollar competencias no convencionales: liderazgo, innovación, pensamiento amplio, ciudadanía global, pensamiento crítico, creativo, comunicación efectiva, interacción efectiva, hábitos de mente y conceptos fundacionales.

Otros ejemplos que mencionó fueron la escuela de liderazgo creativo DHNK en Amsterdam y la maestría denominada Master Yourself  de Juan Frerire, en Barcelona.

Cuando uno genera estos ambientes –dijo  dijo Piscitelli–, encuentra una dimensión diferente de construcción del conocimiento, de colaboración, de diseño, de interacción… y con una intensidad que uno no ve en las escuelas comunes, en las clases comunes… las posibilidades son infinitas.

Para finalizar, pidió a los directores UNOi que no se quiebren por la presión porque esto es irreversible.-

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El video completo de esta exposición puede verse aquí.