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El fútbol como herramienta pedagógica

  por Francisco Hernán Marín Galvis* En el proceso de enseñanza-aprendizaje del fútbol debemos considerar algunos aspectos de gran importancia para identificar el propósito de dicha acción pedagógica. Uno de ellos consiste en definir si el objetivo es asumir el fútbol desde un enfoque formativo o, por el contrario, llevar a cabo un proceso de […]

Autor: UNOi

Fecha: 17 de junio de 2014

Foto: Michael Röder/depositphotos.com

Foto: Michael Röder/depositphotos.com

 

por Francisco Hernán Marín Galvis*

En el proceso de enseñanza-aprendizaje del fútbol debemos considerar algunos aspectos de gran importancia para identificar el propósito de dicha acción pedagógica. Uno de ellos consiste en definir si el objetivo es asumir el fútbol desde un enfoque formativo o, por el contrario, llevar a cabo un proceso de aprendizaje del fútbol desde un enfoque competitivo.

En el primer caso, la práctica del fútbol como un proceso formativo, se pretende realizar acciones encaminadas a fortalecer el aspecto educativo de los dirigidos desde el comienzo de la práctica deportiva, permitiendo desarrollar valores para la convivencia ciudadana y la calidad de vida. En el segundo caso, la práctica del fútbol como un proceso competitivo, se tiene como fin el rendimiento deportivo y, por ende, la adquisición, mantenimiento y perfeccionamiento de los componentes de la preparación deportiva.

En ambos casos, el profesor-entrenador ha de ser una persona idónea, competente y especializada para que, en su accionar pedagógico, actúe de una forma tal que permita lograr los objetivos propuestos en cada una de las etapas de formación. Para ello, deberá ser a la vez un líder, un técnico y un orientador, con muy buenas competencias desde lo cognitivo, organizativo y comunicativo.

Las escuelas o centros de iniciación deportiva en fútbol deben tener en su estructura organizativa muy definido el propósito de formación, para evitar desacuerdos y malos entendidos entre los actores del proceso, como son los niños o jóvenes, sus familias y los profesores-entrenadores.

El fútbol como herramienta pedagógica ha de tener una intencionalidad formativa que dé respuesta a las expectativas, necesidades e intereses de los alumnos de acuerdo a la edad. En este sentido, independientemente de las condiciones del niño, no se pueden presentar situaciones excluyentes ni selectivas en el proceso de aprendizaje.

Siendo así, los padres de familia interesados en un proceso de aprendizaje del fútbol con un enfoque competitivo (deportivista), deben saber a qué centro de iniciación deportiva o escuela de fútbol recurrir para tal fin y conocer también a su hijo en cuanto a sus actitudes y aptitudes previas para tal fin de formación. No podemos actuar a ciegas en la formación de los niños, ya que esta situación es causa de traumatismos, desmotivación y deserción de la práctica deportiva.

Por medio de la práctica del fútbol se desarrollan aspectos de socialización que permiten mejorar las relaciones interpersonales, el trabajo en grupo, la convivencia, la tolerancia, la solidaridad y el juego limpio, entre otros, lográndose así un mejor bienestar manifestado por la salud física y mental y la sana diversión. De otro lado, el fútbol, practicado con un enfoque formativo, conlleva a adquirir criterios normativos para vivir mejor en sociedad, como el respeto por las normas, por los demás, la disciplina y la responsabilidad.

El fútbol como herramienta pedagógica debe cultivarse en las escuelas o centros de iniciación deportiva, de tal forma que se implemente en el niño el reconocimiento de la victoria y la aceptación de la derrota como parte fundamental de la vida diaria de todo ser humano, donde debemos estar preparados para los momentos alegres del triunfo, pero también para afrontar los momentos difíciles de los desaciertos o inconvenientes que se presentan en la vida cotidiana en lo familiar, educativo, social y laboral.

De esta forma, a través de la práctica del fútbol estamos preparando el hombre del futuro, quien, con su personalidad y formación integral, podrá ser una persona útil a la sociedad y con aportes significativos para lograr los cambios que la sociedad necesita para que las comunidades, dentro de la problemática existente, puedan tener una mejor calidad de vida y un mejor bienestar.

Se debe fomentar entre los niños, los adolescentes y los adultos, una cultura del fútbol como un medio cultural de convivencia, del respeto por los demás, de la competencia con una normatividad ajustada a un propósito real de formación, resaltando la participación sana y honesta y no el triunfo desde cualquier mecanismo en contra del juego limpio, donde las personas involucradas en este proceso adquieran superación a sí mismos por medio de la práctica del fútbol, mediado por la ética deportiva.

En este sentido, es importante mencionar la filosofía de la Carta del deporte para todos, promulgada en Bruselas, Bélgica, en 1975, donde, en algunos de sus artículos, se plantean aspectos relacionados con la ética deportiva:

Artículo 1: Todo individuo tiene derecho a la práctica deportiva

Artículo 3: Siendo el deporte uno de los aspectos del desarrollo socio-cultural, debe ser tratado a nivel local, regional y nacional conjuntamente con otros ámbitos donde intervienen decisiones de política general y una planificación: educación, salud pública, asuntos sociales, fomento de los recursos naturales, protección de la naturaleza, artes y ocio.

Artículo 5: Deben fomentarse las medidas necesarias para proteger al deporte y al deportista de toda explotación con fines políticos, comerciales o económicos y de las prácticas abusivas y envilecedoras, incluso el uso de drogas.

El fútbol, como herramienta pedagógica, es un evento importante, motivante y aceptado por un alto porcentaje de la comunidad, que de ser implementado de buena forma, permite establecer un proceso educativo de gran trascendencia en la formación ciudadana.

Permite preparar, educar y orientar a sus practicantes hacia una adecuada disciplina deportiva, no sólo adquiriendo o mejorando fundamentos técnico-tácticos, sino capacitándolos como personas íntegras, ya que quienes practican el fútbol deben ser un ejemplo de comportamiento y convivencia. Con toda esta visión se pretende también fomentar cambios en la ideología cultural, para erradicar la violencia y la problemática social, abriéndose de esta forma un paso interesante para la formación ciudadana.

El fútbol, desde un enfoque educativo, debe favorecer estilos de vida saludable; aumentar las posibilidades de participación, respetando las expectativas e intereses personales de los niños, jóvenes y adultos, acrecentando las fortalezas de éstos y manteniendo un alto nivel de motivación.

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* Francisco Hernán Marín Galvis es Licenciado en Educación Física, Especialista en Entrenamiento Deportivo. Docente Universidad de Antioquia, Grupo de Investigación en Ciencias Aplicadas a la Actividad Física y el Deporte.   Correo: hmaring27@gmail.com

El artículo se publicó en: Revista de Educación Física ? ISSN: 2322-9411 ? Volumen 2, Número 2 ? Abril – Junio 2013, Universidad de Antioquia – Instituto Universitario de Educación Física.