Por: Redacción UNOiNews/Jovel Álvarez
Hace unas semanas salió la primera imagen de la actriz Emily Blunt caracterizada como la nueva Mary Poppins.
Llegó a mi mente el famoso clásico por el que Julie Andrews obtuvo el único Oscar de su carrera como mejor actriz, y caí en la conciencia del curioso impacto atemporal de este famosísimo hito de Walt Disney.
Haciendo un poco de investigación, hemos recabado algunos de los beneficios que aporta el cine a la vida de nuestros niños, y específicamente en su proceso de educación integral.
Puede tratarse de películas infantiles como La Bella y la Bestia u otras más juveniles, como la saga de Harry Potter. Es indiferente el film, aquí hablaremos del cine en general.
Como consumidores desde pequeños seguramente han sido pocas las ocasiones en que nos hemos detenido a pensar y alabar la forma en que el cine nos permite adentrarnos en diferentes aspectos de nuestra sociedad global, nos abre las puertas de diferentes culturas y permite formar criterios con respecto a situaciones adaptables a nuestra vida, y a la de nuestros niños.
Los filmes ayudan también a adoptar posiciones con respecto a episodios históricos de gran importancia.
Basta ir a ver una película con un niño de cinco años para ver cómo escucharemos la frase «por qué» unas cuantas veces. Esto no podría ser más positivo, y dependen de nuestras respuestas los valores o principios con los que crecerán los pequeños.
En el cine, nuestros niños reciben muchas lecciones sin darse cuenta.
Podemos destacar del mundo cinematográfico su capacidad para dar gran cantidad de información de forma entretenida y de fácil procesamiento para los niños.
Al presentar situaciones que pueden relacionarse en muchos aspectos con la vida real, las películas ayudan a nuestros niños en la toma de decisiones.
Su utilización pedagógica hasta ahora ha sido aplicada como instrumento de trabajo para los docentes que buscan que los niños, jóvenes o universitarios puedan acceder a la sociedad por diferentes puertas y sean capaces de describir la realidad.
En segunda instancia se ha utilizado para ayudar a los alumnos para el moldeo su personalidad durante las edades en que esta está aún en formación.
A partir de los personajes del cine se pueden establecer modelos positivos y negativos para que nuestros niños puedan discernir y elegir los roles que quieren desempeñar en sus vidas.
Es aquí que entra el trabajo de los padres para la elección de las películas que convienen a sus hijos, pues con la adecuada guía podríamos estar ante una herramienta educativa de un valor extraordinario.