por Claudia Rojo*
Desde el decenio de los 80´s, ha existido un interés creciente por saber cómo aquellas personas criadas en condiciones adversas, poseen la capacidad para afrontar con éxito la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso fuentes importantes de estrés.
Tendemos a idealizar la niñez como una época sin problemas, pero la tierna edad por sí sola no ofrece ninguna protección contra los daños emocionales y los traumas que pueden enfrentar los niños. Se les puede pedir a los niños que enfrenten problemas, como adaptarse a una nueva clase, ser intimidados por sus compañeros o incluso al abuso en el hogar. Si sumamos a eso la incertidumbre que forma parte del crecimiento, la infancia puede ser cualquier cosa menos una época sin problemas. La aptitud para desarrollarse pese a estos desafíos surge de la capacidad de resiliencia.
En español y en francés (résilience) se emplea en ingeniería civil para describir la capacidad de algunos materiales de recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora.
Así, el término fue adoptado por las ciencias sociales para caracterizar a aquellos sujetos que, a pesar de nacer y vivir en condiciones de riesgo o atravesar por circunstancias difíciles, se desarrollan psicológicamente sanos y socialmente exitosos.
Resiliencia: Habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva (ICCB, Institute on Child Resilience and Family, 1994).
Características de personas con APTITUDES resilientes:
Ambiente facilitador: incluye acceso a la salud, educación, bienestar, apoyo emocional, reglas y límites familiares, estabilidad escolar y del hogar, entre otros.
Fuerza intrapsíquica: incluye la autonomía, independencia, adecuado control de impulsos, el sentirse querido, la empatía, compasión.
Habilidades interpersonales: incluye el manejo de distintas situaciones, la resolución de conflictos, la capacidad de planeación.
El trabajo de algunos autores como Wolin y Wolin en su Modelo de Desafío y Siete pilares de la Resiliencia, enfatizan en que las fuerzas negativas expresadas en daños no actúan de forma lineal en las personas, sino que encuentran en los niños, adolescentes o comunidad un escudo protector constituido por sus «resiliencias«, que transforman esos factores negativos en desafíos que llegan a convertirse en factores de superación.
El Modelo de Desafío y Siete pilares de la Resiliencia representa una alternativa en la forma de observar y vivir la vida. No consiste en hacerse invulnerable a las distintas experiencias, u olvidar para siempre el daño de haber crecido con algunos problemas. No se puede cambiar el pasado, se puede cambiar la forma de entenderlo y de esta manera crecer a partir de la adversidad. Veamos entonces estas siete categorías de resiliencia:
- Introspección
- Independencia
- Interacción con los demás
- Iniciativa
- Creatividad
- Ideología personal
- Sentido del humor
¿Cómo ayudo a mi hij@ a desarrollar esta APTITUD?
Implica aprender a desarrollar conductas, pensamientos y acciones con el paso del tiempo y a base de repetición constante.
A continuación, presentamos 10 consejos que suigiere la APA (American Psychological Association) para desarrollarla en niños y adolescentes.
- Establezca relaciones
Enséñele a su hij@ cómo hacer amigos, inclusive la capacidad de sentir empatía, o de sentir el dolor del otro. Anime a su hijo a ser amigo para poder tener amigos. Desarrolle una red familiar fuerte para respaldar a su hijo ante las desilusiones y heridas inevitables. - Ayude a su hijo haciendo que ayude a otros
Ayudar a otros puede permitirle a los niños superar la sensación de que no pueden hacer nada. Anime a su hijo a realizar trabajos voluntarios apropiados para su edad, o pídale ayuda con alguna tarea que él pueda realizar. - Mantenga una rutina diaria
Respetar una rutina puede ser reconfortante para los niños, en especial para los más pequeños que anhelan estructuras en su vida. Anime a su hijo a desarrollar sus propias rutinas. - Tómese un descanso
Enséñele a su hij@ cómo concentrarse en algo distinto a lo que le preocupa. Dese cuenta de las cosas a las que su hij@ está expuesto y que puedan ser inquietantes; sean noticias, Internet o conversaciones que oyen por casualidad y asegúrese de que su hijo tome un descanso de esas cosas sí le causan inquietud. - Enseñe a su hijo a cuidar de sí mismo
Dé un buen ejemplo y enséñele a su hij@ la importancia de darse tiempo para comer como es debido, hacer ejercicios y descansar. Asegúrese de que su hijo tenga tiempo para divertirse y de que no tenga programado cada minuto de su vida sin ningún momento para relajarse. Esto ayudará a su hij@ a mantener el equilibrio y enfrentar mejor los momentos estresantes. - Avance hacia sus metas
Enséñele a su hij@ a fijarse metas razonables y luego a avanzar dando un solo paso a la vez. Avanzar hacia esa meta, -incluso con un paso muy pequeño-, y recibir elogios por hacerlo, hará que su hij@ se concentre en su logro en lugar de fijarse en lo que no logró y puede ayudarle a desarrollar resiliencia para salir adelante ante los desafíos. - Alimente una autoestima positiva
Ayude a su hij@ a verbalizar cómo pudo lidiar satisfactoriamente con dificultades en el pasado y luego ayúdelo a entender que esos desafíos pasados lo ayudan a desarrollar la fortaleza para manejar desafíos futuros. Ayude a su hij@ a que aprenda a confiar en sí mismo para resolver los problemas y tomar las decisiones adecuadas. Enséñele a su hij@ a tomar la vida con humor y la capacidad de reírse de sí mismo. - Mantenga las cosas en perspectiva y una actitud positiva
Incluso cuando su hij@ esté enfrentando sucesos dolorosos, ayúdelo a ver la situación en un contexto más amplio y a mantener una visión de largo plazo. Si bien su hij@ puede ser demasiado joven para ver las cosas a largo plazo por sí mismo, ayúdelo a ver que existe un futuro más allá de la situación actual y que el futuro puede ser bueno. Una actitud optimista y positiva le permite a su hij@ darse cuenta de las cosas buenas de la vida y seguir adelante incluso en los momentos más difíciles. - Busque oportunidades para el autodescubrimiento
Los momentos difíciles suelen ser los momentos en los que los niños aprenden más sobre sí mismos. Ayude a que su hij@ vea cómo lo que está enfrentando puede enseñarle a entender “de qué está hech@”. - Comprenda y acepte que el cambio es parte de la vida
Los cambios pueden a menudo ser terribles para los niños y adolescentes. Ayude a su hij@ a ver que el cambio forma parte de la vida y que se puede reemplazar con nuevas metas a aquéllas que puedan haberse convertido en inalcanzables, al menos por el momento.
La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede.
Aldoux Huxley
¿Pusiste en práctica por lo menos durante dos semanas estas sugerencias?
Cuéntame qué te resultó como esperabas, qué te sorprendió y si hay algo que nos puedas aportar como sugerencia personal, escríbenos.
Mtra. Lic. Claudia Rojo C
rojoclaudi@gmail.com
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* La autora es Licenciada en Periodismo, mexicana por nacimiento, de convicciones multiculturales y de formación internacional, especializada en mercadotecnia para mamás y en dirección de instituciones educativas, con dos hijos adolescentes en “imprefecta” pero feliz formación!!!!