Rodrigo Alonso
En estos tiempos cada vez más escuchamos la palabra “maker” relacionada con la educación de los alumnos de primaria y secundaria, pero una gran cantidad de padres y madres, incluso un buen número de maestros de educación básica, no tienen muy claro qué significa esta palabra.
En primer término, es necesario abrir nuestra mente a una gran verdad que ya enunciaba un gran estudioso del idioma español, don Miguel de Unamuno, quien sin duda a aseguró que los idiomas viven del libre intercambio. Y es verdad, con una velocidad impresionante nuevos vocablos se suman a nuestro idioma, provenientes de otros idiomas. El término “maker” es uno de ellos.
Maker, así literalmente, significa “hacedor”, el que hace, y se refiere con mayor precisión a quien fabrica algo con los elementos que tiene a la mano, de modo que es un término práctico más que de propósito o de conducta. En este sentido maker nos habla de algo que seguramente hemos visto mucho en la vida cotidiana “hágalo usted mismo”.
Aplicado a la educación, el movimiento maker está encaminado a que los estudiantes aprendan haciendo cosas, utilizando materiales y herramientas disponibles para “crear” algo nuevo, surgido de su imaginación y, sobre todo, de su necesidad de resolver un problema concreto.
Pero en el mundo de la educación la cultura maker ha dado un paso adelante. Ya no se trata de “hágalo usted mismo”, se trata de “háganlo juntos” y con ello involucra un aspecto fundamental: la colaboración, el trabajo en equipo, el aprovechamiento de las capacidades de unos y otros, para producir algo con el esfuerzo común.
Por otra parte, el surgimiento de instrumentos tan sofisticados, pero ya de uso cotidiano, como la impresión 3D, así como las herramientas cibernéticas que marcan el futuro de la humanidad, facilita todavía más que un grupo de estudiantes, conjuntamente, hagan cosas nuevas, viables y útiles.
Así, por ejemplo, un grupo de alumnos y alumnas pueden fabricar una prótesis que ayudará a un sinfín de personas con algún grado de discapacidad o problema de rehabilitación.
Con el concepto maker en las aulas, los estudiantes aprenderán a colaborar como equipo; a ejercitarse en el procedimiento científico de ensayo y error; se adentrarán en el conocimiento y manejo de los más modernos sistemas de computación, tanto para investigar como para obtener conocimientos en programación; abrirán sus mentes a los graves problemas de la humanidad y buscarán soluciones; desde luego ejercitarán de manera práctica sus conocimientos en matemáticas e idiomas.
Hablamos de que ya hoy, los niños y niñas que cursan la primaria y la secundaria serán capaces de fabricar un robot y programarlo para que realice tareas específicas de manera eficiente y económica.
UNOi ha incorporado, desde su evolución en 2016, la cultura Maker, porque estamos convencidos de que quienes tendrán el mundo en sus manos dentro de veinte años, deben estar preparados para enfrentar todos los retos del mundo moderno que les tocará vivir. (Continuará).