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Cuatro generaciones

Por Dionisia Pappatheodorou   “Se dice que las nuevas generaciones serán difíciles de gobernar. Así lo espero”     Alain Sin lugar a dudas, las relaciones humanas son sumamente complejas, y esto se debe principalmente a que somos individuos, y cada uno de nosotros percibimos, pensamos, sentimos y actuamos de maneras muy diversas. No existen […]

Autor: UNOi

Fecha: 17 de julio de 2014

Foto: © eltoro69/depositphotos.com

Foto: © eltoro69/depositphotos.com

Por Dionisia Pappatheodorou

 

“Se dice que las nuevas generaciones serán difíciles de gobernar. Así lo espero”    

Alain

Sin lugar a dudas, las relaciones humanas son sumamente complejas, y esto se debe principalmente a que somos individuos, y cada uno de nosotros percibimos, pensamos, sentimos y actuamos de maneras muy diversas. No existen en el mundo dos personas iguales, pero si resulta posible, y además deseable, encontrar nuestras similitudes con los demás. Las similitudes nos acercan y nos unen, son los aspectos que tenemos en común con otras personas y a través de ellos podemos conectarnos.

Cuando conversamos con alguien que anteriormente no conocíamos, normalmente lo primero que buscamos es encontrar algún punto de coincidencia, por pequeño que sea, de manera que a partir de éste podamos desarrollar una interacción que nos resulte mutuamente interesante y la relación florezca. Sin embargo, encontrar nuestras similitudes no garantiza una buena relación, es sólo constituye un primer paso. El segundo, sería respetar nuestras diferencias, y es aquí donde en términos generales, la dificultad comienza.

El respeto por nuestras diferencias es algo que requiere de educación y como cualquier aspecto educativo, involucra necesariamente conciencia y disciplina, dos aspectos sumamente importantes… y por educación no me refiero únicamente a la instrucción sino a un concepto mucho más amplio. Me refiero al conjunto de características que nos convierten en humanos, incluyendo a la cultura en todas sus dimensiones. En ella se encuentran involucrados aspectos intelectuales, afectivos y espirituales: el ser humano considerado en su totalidad. Es por ello, que en la actualidad hacemos tanto énfasis en la educación integral. Sin embargo, para ser íntegros, requerimos ser congruentes y consistentes; alinear lo que pensamos, decimos y hacemos. Cuando decimos una cosa y hacemos algo distinto, estamos siendo incongruentes, y cuando esto sucede, o cuando actuamos de forma inconsistente, muy seguramente estaremos generando conflictos. Esta es la regla.

En la actualidad, la apertura de fronteras entre países y culturas, exigen el respeto por la diversidad y por el entorno. No es posible convivir y relacionarnos armónicamente sin esta cualidad. Pero el respeto presupone la capacidad de reconocer la individualidad –la propia, y la de los demás- aceptarla, y dar espacio, libertad… algo que únicamente puede lograrse a través de la comprensión. ¿Cómo podríamos respetar aquello que no comprendemos? Resultaría un tanto difícil ¿no les parece? Esto aplica especialmente bien en las relaciones humanas, y aquí me parece prudente incluir a las relaciones que se dan entre generaciones.

La brecha generacional y los conflictos que a partir de ésta se generan, a mi juicio, no son otra cosa que falta conocimiento y de comprensión, lo cual favorece que haya poca tolerancia y respeto entre unos y otros.

Cuando hablamos de generaciones, estamos refiriéndonos a un grupo de individuos que nacen y viven en una época determinada, lo cual marca de manera decisiva su forma de vida y su personalidad. Como grupo, llegan a compartir ciertas características y puntos de visita, similitudes que conforman lo que se denomina “el espíritu generacional”. Debido -obviamente- a los acontecimientos y experiencias vividas, este espíritu puede diferenciarse entre una época y otra, y es posible también describirlo con cierta precisión. Si analizamos sus peculiaridades, resulta mas sencillo comprender a las personas que pertenecen a una generación u otra, e inclusive llegamos a vislumbrar algunos efectos de los paradigmas de una generación en la siguiente, lo cual resulta interesante.

En la actualidad convivimos en el mundo al menos cuatro generaciones con características bien definidas: la generación “S” a la que pertenecen la mayoría de los abuelitos y las personas de mayor edad; seguidos por los “baby boomers” o generación “sándwich”, que incluye a la mayoría de los padres en edad madura. La tercera, es la “generación “X” integrada por los adultos y padres más jóvenes; y finalmente están los más pequeños, nacidos con el milenio y a quienes se denomina generación “N” o “Net”. Cada generación posee rasgos únicos, y si bien existen ligeras similitudes debido a la crianza, también –y con gran frecuencia- existe un rotundo rechazo de los jóvenes a ser similares a sus progenitores. Las nuevas generaciones desean desesperadamente ser independientes, es parte de una necesidad existencial, lo cual explica en cierto sentido, las diferencias y contrastes entre una generación y la siguiente.

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