por Ligivãnia Santos das Neves
PorVir. 18/05/15. Soy la profesora responsable de la Escuela Municipal de Constâncio Maranhão, en Vitoria de Santo Antao, una zona rural de Pernambuco, Brasil, donde trabajo desde mayo de 2010 con un grupo de 16 niños de preescolar hasta el quinto año. Desde junio de 2013, participo en talleres realizados por la Fundación Telefónica y vengo introduciendo nuevas prácticas en el aula. Una de ellos, que era muy importante para mí, fue la creación de avatares. Primero tuve que desarrollar mi propio avatar y luego me propuse repetir la actividad en mi aula.
Mis alumnos tienen dificultades en lectura y escritura y me di cuenta de que con los avatares podría captar su atención y trabajar la alfabetización, la expresión oral y la diversidad de personajes, así como su intercambio. Como la escuela estaba en obras, improvisamos nuestro salón de clases en una terraza vecina y decidí poner a trabajar las computadoras. Sentados en el suelo, les expliqué lo que era un avatar, cómo trabajaríamos y cómo ellos iban a crearlos. ¡Fue todo una euforia!
Entré al sitio de los talleres, les mostré mi trabajo, desarrollé un avatar para que vieran cómo y qué hacer, hasta que ellos empezaron a crear los propios. Como yo había tenido dificultades para hacer el mío la primera vez, pensé que también ellos la tendrían, pero los niños dominaron todo en una hora.
Antes, pregunté a cada uno cómo iban a crearlo, lo que hablarían y lo que querían que el avatar hablase. Dejé el tema libre y que ellos investigaran los personajes y decidieran hacer una conversación utilizando los nombres de sus colegas para dar vida a los avatares. Hice varias preguntas para ellos se soltaran y tuvieran ideas para sus textos, y ellos mismos crearon una dinámica en la que hacían preguntas rápidas como: «¿Qué te gusta hacer?” y “¿Cuál es tu comida favorita? » para cada avatar.
Todos se divirtieron, aprendieron el manejo de las teclas de la computadora, vibraron con las imágenes que iban construyendo y observaron las instrucciones. Al final, todos digitaron su texto.
Fue un reto para mí unirme a la diversión y, al mismo tiempo, tener la seguridad para responder sus dudas, pero poco a poco aprendí a lidiar con el recurso, y la forma de conducir el ambiente. El segundo reto era la conexión. El Internet era muy limitado y fallaba, pero después la señal mejoró y pudimos trabajar con al menos tres computadoras. El tercer desafío era el de calmarlos a tener paciencia con el proceso de esperar el turno de cada uno. Pero fue muy emocionante verlos en movimiento, descubriendo, contribuyendo, deleitándose con la voz de los avatares creados y, sobre todo, ayudándose. Salí de la clase con la sensación del deber cumplido. Fue muy gratificante ver sus ojitos brillando en la pequeña pantalla sin pestañear, disfrutando de cada descubrimiento.
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La nota original puede leerse en: http://porvir.org/diariodeinovacoes/criacao-de-avatares-leva-alunos-descobertas/20150518. Traducción: UnoNews.