Para abordar el tema del desarrollo y conceptualización de los medios digitales, la pasada emisión de Educación XXI, que conduce Leonardo Kourchenko, reunió en la cabina de W-Radio a tres especialistas: Pablo Doberti, de UNO internacional; Eric Descombes, Presidente de FCB México; y, Javier Dorrego, Director General de VML México.
Para iniciar, Doberti señaló que el mundo digital atravesó a casi todas las instituciones con impactos mayores en algunos casos y cosméticos en otros. En lo educativo aún no ha calado en su poder transformador. Expresó su interés en la potencialidad de lo digital para subvertir estructuras.
Javier Dorrego consideró que en la educación lo digital es más difícil que por ejemplo la música o el comercio electrónico. En educación estamos hablando de eliminar o potenciar y transformar un montón de intermediarios que hoy no saben cuál va a ser su rol de cara a la educación digital.
Por su parte, Eric Descombes destacó que algo que los productores de contenidos no están viendo es que quienes están tomando el control son los alumnos. Ellos son los más digitales del entorno y los que están exigiendo y generando esta transformación. Se refirió a los sistemas de inteligencia artificial que aprenden automáticamente: saben lo que el alumno sabe, lo que no sabe, lo que cree que sabe pero no sabe y, modifica el contenido y la forma de enseñarle al alumno. Una plataforma de este tipo, denominada adaptativa algorítimica, la instaló MacGraw Hill en el Ted de Monterrey con resultados sorprendentes.
Pablo apuntó que lo digital tiene una agenda propia; el cambio viene, tiene una inercia propia. Lo único que hay que elegir es si surfeas la ola o te pasa por encima. Cuando la transformación invalida tu negocio, invalida tus hipótesis de valor vigente. Sucedió con Kodak y está pasando con los periódicos.
Javier planteó que probablemente enfrentemos un futuro donde las carreras que conocemos hoy no serán iguales. Habría para cada alumno un profesor distinto de acuerdo a sus habilidades.
Subrayó Pablo que en las escuelas, cuando la institución se da cuenta de un poco de lo que debe cambiar, ese poco está más al servicio de la resistencia que de la transformación. Las pequeñas transformaciones –dijo–, son absolutamente desconfiables, las verdaderas transformaciones son estructurales.
Eric insistió en que el estudiante es el principal actor. Dijo que lo que está cambiando es cómo se distribuyen los contenidos y el tiempo. ¿Por qué seguir hoy en día el modelo de primaria hasta profesional si en un año puedo aprender tres veces más?, cuestionó.
Regresando al punto de la estructura, Doberti se refirió a la índole misma del contenido y puso como ejemplo la búsqueda de aborto o racismo en un libro de texto y, si lo encuentras, el tratamiento es magro. Con Internet y sus diversas fuentes la complejidad emerge por estructura.
Al respecto, Dorrego destacó el valor de las instituciones intermedias para validar las fuentes de información. Mencionó también el riesgo de que un chico divague al usar las TIC empleando el mismo dispositivo para aprender y para actividades recreativas. Y destacó que debe aprovecharse esta característica lúdica que ofrece más fijación si el usuario se involucra.
Sobre la selección de contenidos Pablo dijo que entendimos curaduría por oracularidad. Aseguró que si el alumno no puede discutir no se puede apropiar y para ello debe poder acceder a la mentira y a las falsas fuentes que son parte de la complejidad de lo real. Lo que necesitamos es alguien que sepa moverse en ese mundo y no caiga alienado ni en la pornografía, ni en el crimen, ni en la corrupción.
Eric se declaró creyente de la inteligencia artificial y la robótica para transformar la educación. Como semillas de ello mencionó a Siri y Alexa, que son plataformas que curan contenidos entendiendo quién eres tú, qué sabes, cómo aprendes y te presenta los que necesitas y en la forma en que los necesitas.
Distinguió Pablo entre las agendas de la tecnología –cuya velocidad ya está; un poco más lenta va la agenda sociocultural, que es la expectativa social respecto a la enseñanza; y, al final la agenda académica que va muy demorada, suponiendo que nada pasa aún.
También Pablo expresó su preocupación en el tema de la doble moral; por ejemplo, el padre que se escandaliza porque ponemos la palabra aborto en un libro de texto o cuando hay una falta de ortografía, mientras que por la noche el niño juega videojuegos violentos o mira en la televisión matanzas de narcos.
Sobre el papel del profesor, Eric consideró que la escuela tradicional tiene el mayor reto, porque es un modelo muy complejo; los padres tienen una expectativa y en el salón un profesor tiene que educar a 35. El maestro –afirmó–, tiene que repensar su rol ante el cambio inevitable.
En este punto, Doberti consideró que no es verdad que hasta que no capacitemos a los profesores tendremos una agenda digital. Creo que hay que avanzar con la agenda digital y los profesores entenderán, dijo.
A lo anterior, Javier agregó el importante papel que tiene el profesor en el desarrollo de las habilidades sociales. La escuela también tiene que ver con lo social, lo cultural, el comportamiento, la forma de lidiar con los problemas, la interacción con las personas. En las consideraciones finales del programa, Doberti opino que la primera conclusión es que una de las cosas más nocivas es pensar que las cosas se concluyen. Si quisiéramos concluir muy rápido corremos el riesgo de simplificar; dejémosolo así, abierto; esto es un elemento complejo, vivo, en movimiento.
Javier dijo que el cambio era inevitable y recordó que el actor más capacitado de todo el ecosistema es el alumno, quien va a ser el motivador principal de los cambios.
Eric coincidió con Pablo en dejar abierto el asunto; quedan muchas preguntas y el cambio va suceder, queramos o no. Recomendó estar abiertos y desechar los miedos. ___________________________
El audio del programa completo puede escucharse aquí.