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Para nadie es un secreto que si algo nos resulta atractivo es más probable que capte nuestra atención y que podamos recordarlo. Este es un proceso que podemos apreciar desde el jardín de niños, donde la novedad, la emoción, el juego, se convierten en elementos cotidianos de aprendizaje.

Francisco Mora, doctor en medicina y en neurociencia, sostiene que “sólo se puede aprender aquello que se ama”. La neurociencia cognitiva –dice Mora–, a través del estudio de la actividad de las diferentes áreas del cerebro y sus funciones, señala que solo puede ser verdaderamente aprendido aquello que te dice algo; aquello que llama la atención y genera emoción; aquello que es diferente y sobresale de la monotonía.

Aprender es un proceso que ya viene programado genéticamente en el cerebro. Es la base de la supervivencia del individuo y de la especie, como lo puede ser comer, beber o la propia sexualidad. En esencia, aprender y memorizar significa hacer asociaciones de eventos que producen cambios en las neuronas y sus contactos con otras neuronas en redes que se extienden a lo largo de muchas áreas del cerebro. El cerebro tiene unos cien mil millones de neuronas que se conectan entre sí mediante enlaces denominados “sinapsis”, que transmiten información de unas a otras.

El objetivo es conseguir una mejorar adaptación funcional al medio ambiente. El cerebro produce respuestas más complejas en cuanto los estímulos ambientales son más exigentes.

Un niño comienza a aprender desde que nace, si no es que antes. Y, aunque su cerebro alcanza la madurez hacia la adolescencia, se puede seguir aprendiendo toda la vida.  Durante los primeros años, la capacidad del niño para establecer conexiones sinápticas es fantástica. Por eso puede aprender tantas cosas, y con tanta rapidez. Cada experiencia deja alguna huella en el cerebro.

Los padres tienen un papel fundamental durante del proceso de maduración del cerebro del niño, en el que continuamente se establecen nuevas conexiones neuronales. Los niños nacen preparados para comer, hablar o caminar, pero requieren de nuestro estímulo para generar las estructuras neuronales que les permitan desarrollar estas funciones. Los padres, con su lenguaje, su conducta y el respeto a ciertos valores y normas, moldean, cambian la estructura física y química del cerebro del niño de una forma casi definitiva y, por tanto, su futura conduc­ta.

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Referencias:

Francisco Mora: “El cerebro sólo aprende si hay emoción»

 

¿Cómo aprende el cerebro?

La emoción como elemento esencial del aprendizaje

Qué es la plasticidad cerebral

 

 

Cuando hablamos de los países que destacan por sus sistemas educativos, de inmediato pensamos en los casos de Singapur, Shangai, Corea del Sur o Finlandia cuyos resultados en las pruebas internacionales los ubican en los primeros puestos.

Sin embargo, en la prueba PISA 2012, Estonia se colocó en el puesto 11 en matemáticas y lectura, y en el sexto en ciencias, entre los 65 países participantes, por arriba de Alemania, Francia o Inglaterra y, con el menor porcentaje en Europa de alumnos de rendimiento más bajo: alrededor del 10% en matemáticas y lectura y, un 5% en ciencias.

Heredado de su pertenencia a la Unión Soviética –de la que se independizó hace 25 años–, Estonia basa su modelo educativo en la equidad, ofreciendo experiencias educativas similares a estudiantes de todo tipo de familia, condición social, cultura y nivel de ingresos. «Hemos logrado mantener la educación bastante nivelada –dice el Ministro de Educación, Jürgen Ligi–, y ha funcionado».

En PISA 2012, Estonia tuvo la segunda menor brecha en los países de la OCDE, en el desempeño en matemáticas entre los estudiantes pobres y ricos. Además, más de un tercio de los estudiantes de bajos ingresos se encuentran entre los mejores del país.

Marc Tucker, presidente del Centro Nacional sobre Educación y Economía de los Estados Unidos, visitó Estonia el año pasado para averiguar lo que el país está haciendo bien. Dijo que después de la caída de la cortina de hierro, otras ex repúblicas soviéticas, como Hungría y la República Checa, hicieron la transición a un sistema que preferentemente atendió las necesidades de sus élites, mientras que Estonia continuó dando iguales oportunidades a los estudiantes de todos los orígenes.

Hay otros factores que contribuyen al éxito de Estonia en PISA: la educación sigue siendo muy valorada; los profesores tienen una autonomía relativamente alta; permanecen con los mismos estudiantes del primero al tercer grado de primaria –a veces hasta sexto–, lo que permite el desarrollo de una fuerte relación; y, se percibe a los maestros como buenos para prevenir desvíos en vez de ocuparse después en corregirlos.

Entre las conclusiones principales de PISA 2012, se destaca que la equitativa asignación de recursos no solo es importante para la equidad en la educación sino que está también relacionada con el desempeño del sistema escolar en su conjunto. En Estonia, los directores de escuelas con estudiantes menos aventajados informaron que sus escuelas contaban con recursos educativos adecuados, tanto o más que lo reportado por directores de escuelas con alumnos más aventajados.

Otro dato que sustenta la equidad del modelo es que, en PISA 2012, Estonia fue el único país participante que combina un desempeño por arriba del promedio con una asociación por debajo del promedio entre las habilidades financieras y el estatus socioeconómico.

La educación básica en Estonia es gratuita y comienza a los 18 meses (al término de la licencia pagada por maternidad o paternidad). Todos los alumnos reciben alimentos gratis. También la educación superior es gratuita y, aunque hay escuelas privadas, son relativamente pocas. En la mayoría de las  las escuelas de Estonia es común que alumnos pobres y ricos estén en la misma clase.

Las escuelas siguen un plan de estudios nacional que determina lo que cada estudiante debe aprender en cada año hasta el noveno grado, cuando deciden si cursar la enseñanza media durante tres años, en la que puedan centrarse en el aspecto académico, o ingresar a escuelas de educación para prepararse para una carrera específica.

Al igual que en muchas otras partes del mundo, los educadores de toda Estonia están sufriendo con nuevas metodologías y filosofías de enseñanza, tratando de conciliarlas con las más rígidas en las que ellos entraron. Sin embargo, con lentitud y alguna resistencia, comienzan a alejarse del sistema tradicional centrado en el maestro, para considerar habilidades socioemocionales y ritmos de aprendizaje diferente; hacia una línea que se centre más en el estudiante como un individuo y proporcione mayor autonomía en el aula. Administradores y educadores coinciden en la necesidad de formar estudiantes que pueden hacer algo más que obtener buenas calificaciones.

Sin embargo, puede ser difícil conseguir maestros para abandonar los métodos tradicionales y atraer nuevos cuadros a la carrera, cuando el salario sigue siendo uno de las más bajas de Europa. Por otra parte, aunque la formación de profesores se rediseñó para centrarse más en enseñar a los estudiantes a desarrollar el pensamiento crítico y la comunicación, las autoridades dicen que el efecto en el aula tarda en reflejarse.

Con todo –lo hecho y lo que falta por hacer–, la coordinadora de PISA para Estonia, Gunda Tire, observa una actitud cultural que les lleva a una tendencia constante para mejorar sus escuelas. «Nada es lo suficientemente bueno para siempre», aseguró.

Hacia finales de este año se darán a conocer los resultados de la prueba PISA aplicada en el 2015, cuyo énfasis se centró esta ocasión en el área de ciencias y, aunque la experiencia nos dice que no debemos esperar grandes cambios, siempre es posible alguna sorpresa.

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Referencias:

http://porvir.org/estonia-e-nova-finlandia/

https://www.oecd.org/pisa/keyfindings/pisa-2012-results-overview.pdf

En una charla titulada “¿Mata la escuela la creatividad?”, dictada en un foro TED hace ya algunos años –y que ha sido vista más de 41 millones de veces en  YouTube–, el educador y académico británico, Sir Ken Robinson, se pronuncia por un sistema educativo que fomente la creatividad en vez de minarla. Recogemos aquí algunas de las ideas vertidas en su exposición.

– Los niños tienen una extraordinaria capacidad de innovar; tienen enormes talentos que los adultos desperdiciamos de manera implacable.

– En la actualidad, la creatividad es tan importante en la educación como lo es la alfabetización y debemos tratarla con el mismo estatus.

– Los niños se arriesgan; si algo no saben, le buscan una salida. No les asusta equivocarse.

– Equivocarse no significa ser creativo, pero es necesario estar preparado para equivocarse para idear algo original.

– Los sistemas educativos estigmatizan el error y el resultado es que para cuando llegan a adultos, los niños han perdido la capacidad de ser creativos. Han adquirido el miedo a equivocarse.

– Picasso dijo que todos los niños nacen siendo artistas. El problema es permanecer siéndolo al crecer. La educación nos hace menos creativos mientras crecemos.

– En todo el mundo, la jerarquía del sistema educativo es la misma: primero están las matemáticas y la lengua, luego las humanidades y, por último las artes.

– También la enseñanza de las artes tiene su jerarquía: primero el dibujo y la música, y después el drama y la danza. ¿Por qué no se enseña danza todos los días como matemáticas?

– Los sistemas educativos ­–surgidos apenas en el siglo XIX–, predican la idea de la capacidad académica por encima de las artes. Muchos talentos se quedaron en el camino porque aquello que les gustaba no fue valorado, o incluso estigmatizado, en su escuela.

– Tener un título hoy no garantiza un empleo. La “inflación académica” ha hecho que para lo que antes se requería de licenciatura ahora necesita una maestría y, para los que se pedía maestría ahora piden doctorado.

– La inteligencia es diversa. Imaginamos el mundo en cada forma en que lo experimentamos (con la vista, con sonido, con movimiento, abstracto…)

– La inteligencia es dinámica. El cerebro no está dividido en compartimentos. La mayoría de las veces, la creatividad tiene que ver con la interacción de diferentes formas interdisciplinarias de ver las cosas.

– La inteligencia es distinta. Una niña que no podía estarse quieta y tenía problemas en la escuela pudo convertirse en una exitosa bailarina y coreógrafa, gracias a que alguien intuyó su talento.

Ken Robinson concluye la charla diciendo que debemos ser cuidadosos en cómo usamos el don de la imaginación, para no desviarnos. Apreciar la riqueza de nuestra capacidad creativa y ver en nuestros niños la promesa que son. Nuestra tarea, dijo, es educarlos en todo su ser para enfrentar el futuro.

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El video completo de la charla, con subtítulos en español, se puede ver aquí.

 

Para un maestro es fácil encomiar o dirigir palabras de aliento a sus alumnos destacados, pero es más importante comunicar expectativas y pensamientos positivos a aquellos que son lentos, parecen desmotivados o batallan con las materias. Muchas veces, una sola palabra puede representar la diferencia para estimular el desempeño.

La importancia de que los estudiantes piensen que su maestro cree en ellos se confirmó en un reciente estudio experimental, en el que participaron cientos de estudiantes de secundaria en la materia de lengua. Todos ellos escribieron un ensayo y recibieron de sus maestros un diagnóstico crítico. A esta realimentación se agregó una frase extra, pero solo para la mitad de los estudiantes. Un año después, sin que los maestros supieran quienes recibieron la frase, esos alumnos lograron niveles significativamente más altos. La frase adicional fue la siguiente: “Te escribí estos comentarios porque yo creo en ti”.

Jo Boaler, profesora de educación matemática en la Universidad de Stanford, está convencida de cuán importante es que todos los alumnos sepan que sus maestros creen en ellos. Sin embargo, como madre le tocó vivir una experiencia en el sentido opuesto, cuando su hija de cinco años le contó que su maestra le daba a otros compañeros problemas matemáticos más difíciles que a ella, lo que le llevó a concluir que la maestra no creía que tuviera potencial y minó su confianza durante mucho tiempo. La maestra nunca lo dijo explícitamente, pero el mensaje llegó con claridad. Desde entonces, Boaler se opone a la división en los grupos por niveles de aptitud.

Los padres pueden contribuir a fomentar la seguridad de sus hijos desde temprana edad propiciando un ambiente estructurado en casa. Al respecto, la psicóloga Leticia Valero, fundadora de Educando en Conciencia, nos dice que “En general, un niño seguro es un niño que está rodeado de un ambiente predecible. Predecible desde el punto de vista que tiene rutinas, que lo que ocurre en casa es bajo un marco de estructura y por otro lado un niño cuyos adultos alrededor tienen conductas y comportamientos predecibles. Cuando un papá es muy amable un día y al otro grita, eso hace que el niño se desconcierte y que viva alterado por no saber que viene después en cuanto al comportamiento de sus padres. Confiar en nuestros niños los hace seguros también. El confiar en que van a poder, el confiar en que son fuertes y pueden superar obstáculos les va dando seguridad. Cuando un padre ve frágil a su hijo, cuando lo ve débil, así se verá el niño y así va a actuar”.

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Referencias:

https://ww2.kqed.org/mindshift/2016/01/07/how-saying-and-showing-kids-i-believe-in-you-can-empower-them-at-school/

 

 

Sabemos que, por sí solas, las buenas calificaciones no son garantía para obtener un buen empleo o alcanzar el éxito en la vida. Vivimos en sociedad, en comunidad, y necesitamos formar ciudadanos que sepan desarrollar relaciones e ideas tanto en la escuela como fuera de ella.

No se trata solamente de acumular conocimientos sino de saber qué hacer con ellos. La prueba PISA –en  la que México se ubica entre los resultados más bajos–,  no mide competencias curriculares, sino que evalúa lo que el estudiante puede hacer de lo que aprendió y está muy centrada en sus capacidades intelectuales, de razonamiento, de solución de problemas y de pensamiento crítico.

¿Qué otras habilidades debemos entonces cultivar en nuestros hijos además de las académicas? Las   psicólogas Kathy Hirsh-Pasek y Roberta Golinkoff, profesoras en las universidades de Temple y Delaware, respectivamente, proponen las que denominan las seis C’s: colaboración, comunicación, contenido, pensamiento crítico, innovación creativa y confianza.

Estas habilidades, dice Hirsh-Pasek, se interrelacionan y se construyen entre sí. La colaboración es fundamental, desde llevarse bien con los demás hasta controlar los propios impulsos; es construir una comunidad y experimentar diversidad y cultura. La comunicación requiere de interlocutores y abarca hablar, escribir, leer y el casi desaparecido arte de escuchar. El contenido se construye sobre la comunicación. No es posible aprender nada si no has aprendido cómo comprender el lenguaje o cómo leer. El pensamiento crítico depende del contenido, ya que no es posible navegar grandes masas de información si no tienes nada hacia donde navegar. La innovación creativa requiere que sepas algo. Necesitas saber algo lo suficientemente bien para hacer algo nuevo. Y, finalmente la confianza, que resulta esencial para tomar decisiones.

En el ámbito escolar, Fernando Reimers, académico e investigador de la escuela de graduados en educación de Harvard, sostiene que es posible enseñar en las escuelas las competencias y habilidades que importan y sirven a las personas para algo, y las agrupa en tres categorías: Cognitiva, en donde considera que es necesario pasar en las aulas del conocimiento que se imparte al razonamiento superior. En esta esfera se ubican también innovación y creatividad que, en su opinión, no están planteadas en la agenda, por lo menos, en las escuelas públicas. La Convivencia, que incluye trabajar en equipo, relacionarse con los demás, escuchar, comunicarse, negociar, aceptar y valorar las diferencias y, tener empatía con los demás. También abarca las capacidades para el liderazgo: asumir responsabilidad de problemas de la esfera pública, tomar conciencia de que ser ciudadano implica mejorar las condiciones de las comunidades de las que se es parte. Por último, la tercera categoría se relaciona con Conocerse a uno mismo e incluye competencias como la perseverancia ante la adversidad y la capacidad de controlar los propios impulsos, así como también la capacidad de reflexionar, de aprender de la propia experiencia y la de fijarse metas.

La UNESCO, por su parte, postula la necesidad de aprender a aprender, para poder aprovechar las posibilidades que ofrece la educación a lo largo de la vida. Esto implica el desarrollo de la capacidad del alumno para reconocer su proceso de aprendizaje, aumentando así su eficacia, rendimiento y control sobre el mismo.

Aunque el conjunto pudiera parecer bastante extenso, los padres pueden desde temprana edad comenzar a fomentar estas habilidades en los hijos. Hirsh-Pasek y Golinkoff aseguran que la convivencia cotidiana ofrece muchas oportunidades. Sugieren, por ejemplo, no responder a toda pregunta, sino ayudarles a descubrir ellos mismos la respuesta. La interacción social entre hijos y padres ayuda a preparar al niño para el desarrollo de estas habilidades,  a que entiendan cómo piensan otras personas y a descubrir que hay más de una forma de hacer las cosas.

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Referencias:

https://ww2.kqed.org/mindshift/2016/07/06/how-to-raise-brilliant-children-according-to-science/

https://mx.unoi.com/2014/09/30/educar-para-las-habilidades-del-siglo-xxi/

https://mx.unoi.com/2013/12/15/mexico-en-la-prueba-pisa-que-hacemos-al-respecto/

http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF

http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/aprender.htm

 

 

Desde tutoriales para sacar una raíz cuadrada, hasta diplomados y maestrías para complementar la formación profesional, la educación en línea o e-Learning tiene una oferta inagotable para todo aquél que tenga una computadora con acceso a Internet y el deseo de seguir aprendiendo.

La falta de dinero (79%) y de tiempo (40%), fueron los dos principales obstáculos que señalaron los encuestados de un estudio de la Asociación Mexicana de Internet (AMPICI)  para continuar la preparación profesional. Sobre las expectativas de los usuarios, el estudio destaca el interés por la flexibilidad en los planes de estudios y horarios (68%),  así como disponibilidad en línea las 24 horas (60%). Otros encuestados señalaron el tener profesores de calidad, planes enfocados al mercado laboral, asesoría directa, evaluación y retroalimentación continua, casos prácticos, interacción con profesionales y con compañeros.

La educación en línea responde a estos planteamientos con ventajas de flexibilidad y gratuidad. En la mayoría de los casos uno elige dónde y cuándo estudiar y los cursos no tienen costo, aunque algunas plataformas requieren de una cuota para emitir un certificado. En otras propuestas, existe también la posibilidad de interactuar con los profesores y estudiantes de otras latitudes y culturas.

Para los niños en edad escolar, Khan Academy () tiene en español cápsulas breves en video sobre temas de matemáticas, ciencias, programación, artes, historia economía y más, desde primaria hasta bachillerato. En inglés la oferta es más amplia pero los contenidos se traducen constantemente.

Para los mayores, existen las plataformas de Cursos masivos abiertos en línea (MOOC: Massive Open Online Courses), que lo mismo ofertan cursos a nivel superior diseñados por universidades de prestigio mundial, que temas de fotografía, primeros auxilios o finanzas personales, robótica o historia del arte. En este renglón, algunas de las plataformas con mayor número de usuarios son edXCoursera y, MiríadaX.

Según la encuesta de la AMPICI,  el 73%  de los estudiantes en línea valoran la flexibilidad que les ofrece; el 80% lo hace en casa; y, el dispositivo preferido es la laptop con 57%, aunque también emplean computadoras de escritorio, tabletas y teléfonos inteligentes. Por otra parte, el 54% percibe que las empresas le dan más valor a los estudios con modalidad presencial.

Además de que cada vez hay más opciones para cursar estudios medios superiores y universitarios en línea, las empresas también están optando por esta forma de transmisión de conocimiento, para capacitar a sus empleados en habilidades específicas que redunden en una mejora de la productividad.

Incluyendo la modalidad mixta que abarca a la educación presencial y en línea, la revista Forbes, recoge algunas de las tendencias globales en materia de e-Learning: “píldoras de aprendizaje” con estrategias lúdicas y retos; MOOCS potenciados por dispositivos móviles; gamificación, tutores inteligentes con base en el perfil del usuario y, la clase invertida (Flipped classroom) que traslada a casa temas para ver en línea.

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AMIPCI – 1er Estudio de Educación en Línea 2016

FORBES – 12 tendencias globales del e-learning

 

 

Todos en algún momento experimentamos ansiedad y para ello no faltan motivos: el tráfico vehicular, las cuentas pendientes por pagar, el Metro que se retrasa o viene a reventar, un examen, el novio que no llama, una entrevista de trabajo, el hijo que no se reporta… la lista es infinita.

Mientras que los adultos tenemos formas de racionalizar y controlar estas situaciones, con los niños no ocurre lo mismo; ellos requieren de lo que los especialistas llaman contención para evitar que la ansiedad se desborde e invada otros ámbitos de su vida.

Pero vayamos por partes. ¿Qué es la ansiedad?  Se le puede definir como la aprensión o el temor excesivo sobre circunstancias reales o imaginarias y se caracteriza por la preocupación o inquietud desmedida sobre situaciones con resultados inciertos.

Entre las causas de la ansiedad en los niños habría que mencionar en primer término la que les transmiten sus propios padres. No podemos esperar que el niño tenga un día normal en la escuela si para llegar a ella el padre repite sin cesar “te dije que te acostaras más temprano… vas a llegar tarde otra vez”, se pasa dos semáforos en rojo, conduce como energúmeno y toca el claxon queriendo que le abran el paso como a una ambulancia.

Padres que discuten, problemas económicos, exigencias académicas, el bullying escolar, un cambio de casa, de escuela, la llegada de un hermanito, la exclusión de un grupo, una tarea, pueden ser motivo de ansiedad. Todo esto genera incertidumbre en la percepción del niño y los niños requieren de seguridad, de saber qué va a pasar.

Según la Encuesta Nacional de Epidemiología del Instituto Nacional de Psiquiatría, el 14.3% de los niños experimentan ansiedad en algún momento; el 8% de los niños entre 3 y 12 años manifestarán un trastorno de ansiedad que hay que atender. El no hacerlo a tiempo puede derivar en problemas de depresión o consumo de sustancias.

La psicoterapeuta Karina Trápaga señala algunas de los síntomas de ansiedad en los niños: en el aspecto físico pueden manifestarse como dolor de estómago, sudoración, nerviosismo, palpitaciones, dolor de cabeza o dificultad para conciliar el sueño. En el ámbito social puede haber una negativa a la convivencia, a saludar, a ir al colegio, o comportamientos agresivos, baja en el rendimiento académico; mientras que en lo familiar, surgen conflictos entre hermanos, se rompen las reglas de la casa.

Un caso extremo es el que Sandra Schaffer, especialista en neurociencia, denomina el miedo al miedo; el cual surge de una situación de peligro real que produce miedo, pero que una vez superada, la mente comienza a anticipar situaciones que no son reales, un miedo a lo que va a pasar cuando ni siquiera está pasando.

Según un estudio realizado con niños mexicanos de 5º y 6º de primaria, la ansiedad puede afectar procesos cognitivos como la atención, la memoria y la concentración, e interferir en el desempeño académico. Por ello, aunque en la escuela es común que se confunda la ansiedad con déficit de atención, conviene tener un diagnóstico preciso por parte de un especialista antes de recurrir a otros tratamientos.

La ansiedad necesita ser contenida y para ello, los padres deben estar atentos a los síntomas y a las causas que los generan. Los niños requieren de información, de explicaciones, de seguridad.

La contención tiene mucho que ver con saber escuchar: no adelantarnos, no interrumpir, no enjuiciar, no regañar, permitirles que saquen lo que sienten. Muchas veces, un abrazo, un beso y permanecer en silencio son suficientes para abrir la puerta a la comunicación.

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Referencias:

La ansiedad en niños mexicanos de primaria, Variables personales, escolares y familiares (rieoei.org/rie66a03.pdf)

http://www.psicologiaencubas.com/2012/02/como-ayudar-los-ninos-con-ansiedad.html

http://www.marthadebayle.com/sitio/md/radio/bienestar/bbmundo-ansiedad-en-ninos/

 

Hace poco más de dos mil años, en el siglo primero de nuestra era, el maestro de retórica latina Quintiliano formulaba el deseo que “el estudio sea para el niño un juego”,  (UNESCO, p.19). Sin embargo, durante mucho tiempo esta propuesta enfrentó la resistencia de maestros y padres que pensaban que los niños deberían ocuparse en cosas “más serias”.

La UNESCO, en su documento El niño y el juego, señala que “todos los niños del mundo juegan, y esta actividad es tan preponderante en su existencia que se diría que es la razón de ser de la infancia. El juego es vital; condiciona un desarrollo armonioso del cuerpo, de la inteligencia y de la  afectividad. El niño que no juega es un niño enfermo, de cuerpo y de espíritu”, (UNESCO, p .i)

Pero, ¿es posible jugar para aprender? Para la psicóloga infantil Aitana Farré , “el juego es el recurso educativo por excelencia para aprender en la infancia ya que juega un papel fundamental en el desarrollo de habilidades piscomotoras, cognitivas y socioemocionales… ayuda a que los niños se diviertan, motiven e involucren en el proceso de aprendizaje… los más pequeños requerirán el juego simbólico y sensorial, mientras que los niños mayores requerirán juegos más estructurados y con mayores reglas”.

Con respecto a lo anterior la educadora Jéssica González Salgado destaca que en preescolar, “la parte sensorial es fundamental para estimular: aprietan amasan, pintan… Hay que permitirles que se ensucien. Lo disfrutan y es parte esencial de su desarrollo neurológico”.  Por lo que toca a los jóvenes, la también educadora Verónica Villa apunta que “se involucran con los retos, no solo para vivirlos sino para construirlos y desarrollar su creatividad”. Y la UNESCO señala que “los juegos pueden proporcionar a la práctica pedagógica, mucho más allá de la escuela de párvulos, un medio de estimular la creatividad, y la psicología moderna ha puesto de relieve la influencia de los comportamientos y de los objetos Iúdicos sobre el desarrollo de la personalidad, (Unesco, i)

“El juego –abunda Farré–, es una forma de actividad que les va a permitir la expresión de su energía, la necesidad de movimiento, de comunicación, de resolución de problemas; los va a ayudar a desarrollar la creatividad, a poner en práctica su imaginación y, con todo esto, poder adquirir formas complejas que van a propiciar el desarrollo de competencias. En el juego, van a variar no solo la complejidad y el sentido, sino también la forma de participación en la que se llevan a cabo, que van desde la individual, donde los procesos de atención y concentración son básicos, así como el lenguaje interno del niño con el propio niño, los juegos en pareja, donde se ponen en práctica habilidades de negociación y mediación y, los juegos colectivos donde es necesario llegar a acuerdos y poner en práctica habilidades de colaboración”.

En cuanto a la función educativa del juego, la UNESCO nos dice que “mediante el juego se transmiten tecnologías o conocimientos prácticos, y aun conocimientos en general. Sin los primeros conocimientos debidos al juego, el niño no podría aprender nada en la escuela; se encontraría irremediablemente separado del entorno natural y del entorno social. Jugando, el niño se inicia en los comportamientos del adulto, en el papel que tendrá que desempeñar más tarde; desarrolla sus aptitudes físicas, verbales, intelectuales y su capacidad para la comunicación”,  (UNESCO, p.14).

También el juego favorece otras habilidades cognitivas. “Diversas teorías –dice Farré–, consideran que durante el desarrollo de juegos complejos, las habilidades mentales de las niñas y los niños se encuentran en un nivel comparable al de otras actividades de aprendizaje: uso del lenguaje, atención, imaginación, concentración, control de impulsos, curiosidad, estrategias para la solución de problemas, cooperación, empatía y participación grupal.

A las anteriores, González Salgado agrega la habilidad de ‘desarrollo del pensamiento divergente’, que consiste en poder ver algo desde diferentes puntos de vista. La educadora considera importante trabajarla desde pequeños a través de juegos donde tienen que negociar, tener reglas, crear, modificar y reconstruir retos. Resalta que el juego ofrece además la oportunidad para fracasar; para aprender que se puede perder y hacerlo mejor la siguiente vez.

Según Farré , “el juego contribuye al desarrollo de habilidades socioemocionales por medio del placer que experimentan al jugar y los sentimientos que se generan con ello. Al vincularse con otros, entienden que los demás tienen necesidades y opiniones distintas, lo que provoca que tengan que negociar y adaptarse mientras desarrollan la empatía y trabajan la frustración”.

Así las cosas, la próxima vez que al salir de la escuela pregunten a su hijo ¿qué hiciste hoy? y  responda lacónicamente: “jugar”, pueden estar tranquilos y convencidos de que seguramente algo aprendió y que su desarrollo cognitivo marcha por el camino correcto.

Por supuesto, el juego no debe quedar restringido al ámbito escolar. El juego en casa fortalece los vínculos afectivos, transmite valores, favorece la comunicación, fomenta la interacción social y potencia los aprendizajes. ¡A jugar se ha dicho!

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Fuentes.

UNESCO. El niño y el juego Planteamientos teóricos y aplicaciones pedagógicas. Estudios y documentos de educación No. 34. París, 1980, 75 pp. http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001340/134047so.pdf

Educación XXI. Aprender Jugando. https://mx.unoi.com/2015/06/01/aprender-jugando/

Aunque hemos avanzado en la cultura de inclusión y de apertura seguimos teniendo perjuicios que llevan a familias a avergonzarse de tener un niño con una condición especial. En México, la atención educativa para niños especiales, discapacitados o con perfiles diferentes ha sido limitada y muchas veces delegada para su atención por parte de instituciones privadas.

Para hablar al respecto, la pasada emisión de Educación XXI que conduce Leonardo Kourchenko por W-Radio, tuvo como invitadas a Katia D’Artigues, periodista, activista por los derechos humanos y la discapacidad y madre de un niño de 10 años con síndrome de Down; Rita Romanowsky, Directora de ASI (Asesoría y Servicios para la Inclusión) y madre de una chica de 35 con discapacidad intelectual; y, Gabriela Tamez Hidalgo, Directora de fortalecimiento curricular para la formación personal y social, de la SEP, maestra de educación especial y tía de un niño con discapacidad.

Leonardo mencionó que para él, el tema tampoco le era ajeno y compartió que tuvo una hermana con Síndrome de Down y que su madre fundó en los años sesenta, junto con otras mamás, una organización para buscar atención, aprendizaje y cuidado para estos niños.

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Por su parte, Rita Romanowsky comentó que ella fundó con el Dr. Grapa la Fundación Inclúyeme para personas con discapacidad intelectual, donde los chicos tiene vida independiente en la comunidad.

Respecto a cómo estamos en México, Katia D’Artigues señaló que aunque la ley dice que todo niño tiene derecho a la educación, en realidad no sucede. No sabemos cuántos niños con discapacidad hay en México; cuántos en edad escolar; no sabemos cuántos van a la escuela –de educación especial o inclusiva–, calculamos que la mitad no va.  Recordó que en Italia, en los setenta, desaparecieron las escuelas de educación especial y los metieron a un salón a todos juntos, porque así es la sociedad. Si queremos lograr que vivan solos, tengan trabajo, sean productivos, se casen, sean independientes, amen, hagan su vida –todo a lo que tienen derecho como ciudadanos que son–, tenemos que empezar desde la educación, dijo.

La educación especial en México -continuó–, sigue siendo deficitaria y excluyente. Mencionó que hace 10 años México propuso (gracias a Gilberto Rincón Gallardo), un tratado de derechos humanos que firmó, ratificó. La convención sobre los derechos de las personas con discapacidad establece que la educación debe ser inclusiva en todos los niveles y a lo largo de toda la vida. Lamentó que en México no tengamos cifras y no se esté capacitando a los maestros. Mencionó que se calcula que si todos van a la escuela y luego tienen un trabajo, el impacto positivo en el PIB nacional es de 2 a 3 por ciento.

Su hijo Alan tiene Síndrome de Dowm, juega futbol y  va a una escuela inclusiva privada. La SEP, dijo, tiene implementado un modelo en el que maestros de educación especial van a escuelas regulares y capacitan a sus colegas, aunque son pocos.  Se calcula que en educación básica hay 150 mil discapacitados en centros de educación especial y un número igual en escuelas inclusivas, de un universo de más de 2 millones que no están integrados.

Rita Romanowsky en Educación XXI

Rita Romanowsky en Educación XXI

Rita comentó que a lo largo de la vida de su hija Dania, hoy de 35 años, fue desarrollando diferentes tipos de servicios que redundaran en una calidad de vida para ella y otros en su situación. Subrayo que en la atención en adultos en México hay una carencia total. Me he dedicado, dijo, a diseñar e implementar muchos servicios para que tengan un trabajo, vivan en un lugar digno, se diviertan, tengan relaciones con una pareja. En la etapa escolar apuntó que muchas escuelas, incluso privadas, les cierran la puerta, lo cual es ilegal. Tengo un programa para capacitar a docentes y padres de familia. Las familias requieren estar empoderadas, conocer sus derechos, sentirse apoyadas en un proceso donde les garanticen la calidad de vida a sus hijos.

Interrogada sobre la postura de la SEP, Gabriela Tamez dijo que la educación especial atiende a alumnos desde los setenta; en los ochenta se hicieron algunas escuelas que los integraban a en un aula distinta, pero sólo para una misma discapacidad y con métodos y materiales enfocados en esa. En los noventa se comenzó a hacer integración educativa, para que alumnos con discapacidad entraran a aulas regulares en escuelas regulares sin condición de maestro especial o aula aparte. Estimó que en la gran mayoría de las escuelas hay por lo menos un alumno con discapacidad. Existe un censo no muy preciso que hay que mejorar, además de profesionalizar a los maestros para que el tema no sea de educación especial o dependa de un equipo de educación especial.

En el uso del lenguaje, Katia precisó que es importante subrayar que las personas con discapacidad no son personas enfermas; su discapacidad es solo una parte de ellos, es una característica, solo una del ser humano. Al respecto, propuso no decir niño Down, sino niño con Síndrome de Down.

Expresó también su preocupación porque el programa para la inclusión y la equidad educativa –que en este sexenio abarca a personas con discapacidad, alumnos con aptitudes sobresalientes, indígenas y migrantes– tiene un 80% menos de recursos que anteriormente. En el punto de la capacitación, mencionó que de 460 normales en el país, sólo 67 son de educación especial. En el resto, la clase de educación especial es optativa.

En otras cifras, dijo que el presidente anunció que hay 450 centros para atención para estudiantes discapacitados en educación media superior. En educación básica se calcula que hay 300 mil niños con discapacidad; 24.8% de las personas con discapacidad no saben leer y escribir; solo 45% en edad escolar asiste a clases y el promedio de escolaridad es de 4.8 años.

A pregunta de Leonardo sobre si se requiere adaptar la currícula, Rita consideró que es posible capacitar al maestro en el manejo de aula diversificada, donde aprndan a manejar diferentes materiales, a tener una visión más amplia.

exxi-080-retos-de-la-inclusion-gabriela-tamezGabriela apuntó que pese a los convenios suscritos y los avances alcanzados la deuda social prevalece. La reducción del presupuesto y la complejidad en su ejercicio son problemas por superar, junto con una participación de mayor corresponsabilidad de las entidades federativas, donde solo en algunas se observan avances.

Más que los recursos –opinó Katia–, el mayor obstáculo es el miedo. Y se refirió al manual que hizo Rita para anfrentar las resitencias culturales y que está disponible en Internet,

Rita explicó que el Manual para la inclusión para niños y niñas con discapacidad y sus familias es el resultado de experiencia e investigación y comprende un marco teórico, un modelo de detección y atención oportuna y capítulos dedicados a las distintas discapacidades que incluye qué es la discapacidad en cuestión, quién la diagnostica, qué apoyos se necesitan en el aula y cuáles en la familia, así como una lista de centros especializados por discapacidad en la Ciudad de México.

Gabriela comentó que junto con otros materiales, el manual está disponible en la página de la Subsecretaría de educación Básica, en www.educacionespecial.sep.gob.mx. Agregó que la SEP está adaptando el manual para abarcar más aspectos en educación primaria.

Por otra parte, dijo que junto con Conapred, la SEP ha hecho convocatorias en los últimos 10 años para que las escuelas, maestros y padres de familia compartan sus experiencias exitosas de inclusión, para que muchos maestros puedan encontrar ahí respuestas en el tema de educación especial.

En esta misma línea de pensamiento, Rita dijo que a través de Inclúyeme está diseñando y generando una estrategia de redes de apoyo de padres para padres- Anunció que el próximo 5 de noviembre harán el primer coloquio de padres e hijo s con discapacidad (básicamente intelectual) en la Universidad ORT. LA información está disponible en  www.incluyeme.org/encuentro/familias1.

Gabriela recordó que está en marcha la consulta del nuevo modelo educativo y una propuesta curricular para la educación obligatoria, lo que ofrece una plataforma y una oportunidad más para hablar de inclusión de una manera más natural. Destacó que en la propuesta del modelo hay un eje dedicado a equidad e inclusión como un tema preponderante, e invitó a la gente a visitar  la página  www.gob.mx/modeloeducativo2016.

Katia recordó que todos vamos hacia la discapacidad en la vejez y para ello debe ayudarnos la escuela, donde los niños sin discapacidad aprenden mucho; tolerancia, empatía, creatividad, resolución de problemas. Exhortó, por último, a los padres y maestros que tienen niños con para que alcen la voz y exijan su derecho a la educación.

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El audio del programa completo puede escucharse aquí.

Se estima una tercera parte de nuestra vida la pasamos dormidos. ¡Y eso es bueno! Sencillamente porque el cuerpo así lo requiere para su adecuado funcionamiento. De hecho, no dormir lo necesario o no dormir bien, puede tener serias implicaciones en nuestra salud, pero además en nuestro desempeño –tanto académico como laboral- y por si fuera poco,  dormir bien es fundamental en la etapa de crecimiento de los niños.

Vamos a ver, qué dicen los números. Encuestas realizadas en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, revelaron que los infantes en México duermen hasta tres horas menos en promedio de lo que deberían. (1) Otro estudio, realizado con estudiantes de preparatoria de sexo femenino, concluyó que los trastornos del sueño como apnea e hipersomnia, incidían tanto en el desempeño académico como en el Índice de Masa Corporal en rangos de sobrepeso y obesidad. (2)

No es de extrañarse que la falta de sueño propicie bajo rendimiento escolar y problemas de salud. Resulta que mientras dormimos, cosas importantísimas ocurren en nuestro organismo.

Un artículo sobre neurobiología del sueño (3), publicado por la revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, señala que “… diversos y muy importantes procesos fisiológicos, están estrechamente relacionados o incluso están determinados por el sueño o la periodicidad del mismo… 1) restablecimiento o conservación de la energía, 2) eliminación de radicales libres acumulados durante el día, 3) regulación y restauración de la actividad eléctrica cortical, 4) regulación térmica, 5) regulación metabólica y endocrina, 5) homeostasis sináptica, 7) activación inmunológica, 8) consolidación de la memoria…”.

Una buena parte de lo anterior es lo que la Dra. Georgina Montemayor –divulgadora de la ciencia por la Universidad de Oviedo, en España y anatomista en la facultad de medicina de la UNAM–, califica como sueño reparador. En su opinión, “La primera función es reparar. Al dormir por la noche se libera la hormona del crecimiento que además tiene la función de reparar con beneficios para las células, la piel, el corazón, los músculos”.

“Dormir no es una decisión –señala la Dra. Monetamayor–, podemos decidir no comer o no tomar agua, pero no podemos elegir no dormir… por eso es que suceden los accidentes automovilísticos”.

En cuanto a la actividad cerebral, explica que, en términos generales, el sueño transcurre en cuatro etapas: ligero, somnoliento, profundo y de movimiento ocular rápido. Es en esta última etapa en la que consolidamos lo que aprendimos durante el día.

¿Cuánto, entonces, debemos dormir? De acuerdo con la Dra. Montemayor, los recién nacidos necesitan de 14 a 17 horas; entre cuatro y cinco meses, de 12 a 14 horas.  Durante la primera infancia deben dormir de 10 a 12 horas. Los adolescentes –que se acuestan más tarde–, deberían dormir entre 9 y  10 horas; mientras que para los adultos el promedio razonable es de 8 o 9, aunque los mayores de 65 suelen dormir menos y con un sueño fraccionado.

El Doctor Reyes Haro Valencia, Director de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina de la UNAM, señala que los trstornos del sueño son un problema de salud a nivel nacional, ya que uno de cada tres mexicanos los padece (4).

¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos duerman mejor? Los especialistas proponen: No tomar siestas de más de una hora durante el día; acostumbrar a nuestro organismo a dormir y a despertar a una misma hora, evitar actividades sensorialmente estimulantes (videojuegos, internet, televisión) antes de acostarse; evitar ir a la cama si está ansioso, preocupado o enojado; no usar la cama para trabajar, leer o estudiar, ni realizar estas actividades minutos antes de acostarse; dormir en una  habitación con baja iluminación y poco ruido ambiental; y, evitar pensar en las actividades del día que termina o planear las del siguiente. (3)

Muchas veces –como padres de familia- le restamos importancia a la hora de acostar a nuestros hijos y permitimos que por razones de poca importancia no se respete la hora de ir a dormir. Esto se incrementa conforme los niños crecen, pero no podemos perder de vista que la falta de sueño les puede traer más consecuencias no sólo académicas, sino en su desempeño deportivo y físico. Así que la próxima vez que nos pidan 5 minutos más… cada quién sabrá qué hacer.

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(1) Trastornos de sueño, un problema importante en México

(2) Relación entre trastornos del sueño, rendimiento académico y obesidad en estudiantes de preparatoria

(3) Neurobiología del sueño y su importancia: antología para el estudiante universitario

(4) Unos 37 millones de mexicanos sufren trastorno del sueño