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Finlandia es el país mejor posicionado en el planeta en términos educativos, según los resultados obtenidos en la prueba PISA, que lo colocan en el primer lugar.
Finlandia implementó un método de enseñanza diferente en las últimas décadas, y se basa “en pensar, no en memorizar”
Finlandia apuesta a que la educación es mucho más que una colección de conocimientos.
Finlandia tiene un sistema de enseñanza basado en la confianza. Los programas de estudio lo hacen las autoridades con los maestros y tomando en cuenta el punto de vista de los alumnos, lo que les gusta. Lo que les atrae. Lo que les interesa.
Pero la participación de los alumnos también es fundamental dentro del aula. Que sus intereses sean tomados en cuenta permite -en clase- la utilización de herramientas educativas -propias de nuestros tiempos- que los motivan.
Por ejemplo, en las clases de Finlandia para aprender de música clásica, la escuchan no leen acerca de ella. Hacen experimentos que les permiten entender –no memorizar- lo que pasa a su alrededor. Si van a hablar del sol, salen a ver cómo y hacia dónde se mueve. Si van a aprender cómo crece una planta, la siembran. Si van a hablar de los volcanes, acuden a un video que prácticamente les muestra la consistencia de la lava al salir del cráter.
Este método de aprendizaje, hace que el niño sea el centro de la indagación y el aprendizaje, que experimente, que descubra y que compruebe: que construya su propio conocimiento.
La metodología finlandesa se olvidó de memorizar y en cambio propone curiosear, crear, experimentar.
Finlandia cree que aprender a pensar es más fácil que aprender a repetir. Y ha demostrado que no sólo es más fácil, sino que es mejor.