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La relación maestro-padres de familia

por Pedro Landaverde. Siendo actualmente maestro en muchos de los niveles de estudio, no me cabe la menor duda de que la relación existente entre los diferentes actores que participamos en el proceso educativo formal, es decir el que hoy en día le corresponde a las escuelas, institutos, colegios e incluso a las universidades, está […]

Autor: UNOi

Fecha: 13 de septiembre de 2011

por Pedro Landaverde.

Siendo actualmente maestro en muchos de los niveles de estudio, no me cabe la menor duda de que la relación existente entre los diferentes actores que participamos en el proceso educativo formal, es decir el que hoy en día le corresponde a las escuelas, institutos, colegios e incluso a las universidades, está siendo cada vez más compleja y ¿por qué no decirlo? llega en algunas ocasiones a ser difícil y áspera.

Aunque las relaciones son muchas, desde la existente entre el maestro y sus autoridades, entre el maestro y sus alumnos y para finalizar, entre el maestro y los padres de familia, parece ser que ésta última está demandando nuestra atención y análisis en particular, pues en los últimos años el vínculo existente entre estos dos pilares fundamentales de la educación, se ha visto seriamente deteriorado.

Me quiero permitir compartir con ustedes amigos lectores, algunos consejos que a través de los años y con base en la experiencia he podido ir acumulando y practicando; créanme que me han dado muy buenos y óptimos resultados en la relación con los padres de familia de mis educandos y por ende con mis respectivas autoridades escolares en su debido tiempo.

Entre estos tenemos:

• Dedique tiempo a escuchar seriamente a sus padres de familia, en muchos casos no se olvide de que usted también lo es o probablemente en un futuro lo será.

• Sea cuidadoso en los detalles y el trato fino, amable y cordial con los alumnos y sus padres.

• No etiquete a ninguno de sus alumnos, esto sólo los perjudica.

• Preocúpese por atender por lo menos una vez al semestre, de manera personal, a los padres de cada uno de sus alumnos, para comentar con ellos sus cualidades y áreas de oportunidad.

• Respete los tiempos de una cita con padres de familia y lea con anterioridad el expediente del alumno en cuestión.

• Sea cordial y amable con los parientes de sus alumnos.

• Sólo ventile los asuntos en un lugar adecuado y nunca les dé un tinte o carácter personal.

• Para los casos y citas difíciles, hágase acompañar de los psicólogos y/o psicopedagogos de la institución.

• No se enfrasque en conflictos de carácter personal.

• No manifieste condiciones de área de oportunidad o defectos de sus alumnos de manera despectiva.

• Preocúpese por su capacitación constante y exhiba su calidad y desarrollo profesional.

• Tenga mucho cuidado con su presencia, su imagen y su aspecto personal.

• Trate de evitar el manifestar favoritismos o comparación entre sus alumnos, tanto en el salón de clases, como en las citas con los papás.

• No haga comentarios despectivos acerca de sus alumnos ni de manera individual, ni con los papás, ni con los compañeros de trabajo.

• Evite hacer comentarios acerca de la situación familiar de los padres de sus alumnos.

• Haga a los padres propuestas asertivas para el desarrollo de sus hijos.

• Establezca un canal de comunicación serio y respetuoso por donde un padre de familia pueda hacerle comentarios y propuestas acerca de sus hijos y la relación con usted.

• Por ningún motivo desacredite la actitud y los comentarios que le hacen sus papás a los alumnos, aunque se traten de usted.

• Evite tener contacto físico o privado con sus alumnos.

• No reciba regalos comprometedores de sus alumnos o de sus padres.

• Procure no involucrarse sentimentalmente con los padres de sus alumnos, de ser así solicite un cambio oportunamente.

• Reconozca los esfuerzos de sus alumnos y hágaselos saber.

• Procure explicar a sus alumnos lo que implica cada trabajo que aplica.

• Trate de dar una aplicación práctica a los conocimientos que transmite y enseña a los educandos.

• No se olvide de motivar y buscar los mejores recursos en sus métodos de enseñanza–aprendizaje.

Como bien podrán observar, hoy en día ser un buen maestro no es una tarea nada fácil y está demandando que las personas que nos dedicamos a tan noble y bonita profesión, dimensionemos cada vez con mayor profundidad el enorme compromiso al que nos sometemos, ya que la sociedad en su conjunto espera lo mejor de nosotros.

¡Manos a la obra y enhorabuena!