No es novedad. Por más de una década Singapur se ha ubicado en los primeros puestos en los resultados de las pruebas internacionales de evaluación educativa y, el más reciente Informe PISA 2015, lo coloca como el número uno.
Por supuesto, esto no ocurrió de la noche a la mañana. Desde la década de los sesenta, Singapur emprendió una serie de reformas, entre ellas la educativa, que se considera como el pilar del desarrollo. En esto coinciden gobierno, sociedad y empresas. Una efectiva lucha contra la corrupción atrajo la inversión extranjera y el PIB per cápita se multiplicó por 15 entre 1960 y 1980. Singapur pasó de ser un país pobre a uno desarrollado
La educación primaria consta de 6 años, al término de los cuales se hace un examen de egreso que determina el tipo de educación secundaria que seguirá cada alumno: normal, técnica o avanzada. La calificación obtenida permite elegir la institución. Algo similar ocurre al concluir la secundaria y es posible cambiar de tipo de educación según el desempeño. La presión social es elevada y las familias procuran, según sus posibilidades, brindar a sus hijos clases complementarias que posibiliten sus oportunidades.
La formación abarca lengua, ciencias, matemáticas, humanidades y artes. Se hace énfasis en que los estudiantes se formulen preguntas y encuentren sus propias respuestas, se fomenta el pensamiento divergente y el convertir los retos en oportunidades.
Las lenguas extranjeras ocupan un lugar importante. En primaria además de su lengua materna –tamil, mandarín o malayo–, estudian inglés, que es la lengua oficial. En secundaria se incorpora un tercer idioma a elegir entre japonés, coreano, francés, alemán o español.
La profesión de maestro es muy valorada en la sociedad y bien remunerada. No es casual que el billete de dos dólares de Singapur muestre en su anverso a un maestro impartiendo clase en una plaza pública. Sólo los mejores estudiantes entran al instituto de formación docente. A los maestros se les evalúa una vez al año y reciben estímulos y capacitación de acuerdo a los resultados.
En el ideario de resultados esperados de la educación en Singapur se destaca la confianza en sí mismo y un claro sentido de lo que es correcto y de lo que no lo es. Subraya el pensamiento crítico, el aprendizaje de por vida, la colaboración en equipo y la búsqueda de la excelencia. Y, promueve la conciencia y la participación social activa.
A lo anterior hay que agregar que los alumnos de Singapur se manifiestan contentos con su educación al responder en su mayoría afirmativamente a la declaración “Soy feliz en la escuela”, que se incluyó en la prueba PISA de 2012, lo que no sucedió con otras naciones de puntajes académicos elevados en la prueba, como Corea, Finlandia, Polonia o Alemania.
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Referencias:
http://www.abc.es/sociedad/20131208/abci-exito-educativo-singapur-201312051957.html