Aunque hemos avanzado en la cultura de inclusión y de apertura seguimos teniendo perjuicios que llevan a familias a avergonzarse de tener un niño con una condición especial. En México, la atención educativa para niños especiales, discapacitados o con perfiles diferentes ha sido limitada y muchas veces delegada para su atención por parte de instituciones privadas.
Para hablar al respecto, la pasada emisión de Educación XXI que conduce Leonardo Kourchenko por W-Radio, tuvo como invitadas a Katia D’Artigues, periodista, activista por los derechos humanos y la discapacidad y madre de un niño de 10 años con síndrome de Down; Rita Romanowsky, Directora de ASI (Asesoría y Servicios para la Inclusión) y madre de una chica de 35 con discapacidad intelectual; y, Gabriela Tamez Hidalgo, Directora de fortalecimiento curricular para la formación personal y social, de la SEP, maestra de educación especial y tía de un niño con discapacidad.
Leonardo mencionó que para él, el tema tampoco le era ajeno y compartió que tuvo una hermana con Síndrome de Down y que su madre fundó en los años sesenta, junto con otras mamás, una organización para buscar atención, aprendizaje y cuidado para estos niños.
Por su parte, Rita Romanowsky comentó que ella fundó con el Dr. Grapa la Fundación Inclúyeme para personas con discapacidad intelectual, donde los chicos tiene vida independiente en la comunidad.
Respecto a cómo estamos en México, Katia D’Artigues señaló que aunque la ley dice que todo niño tiene derecho a la educación, en realidad no sucede. No sabemos cuántos niños con discapacidad hay en México; cuántos en edad escolar; no sabemos cuántos van a la escuela –de educación especial o inclusiva–, calculamos que la mitad no va. Recordó que en Italia, en los setenta, desaparecieron las escuelas de educación especial y los metieron a un salón a todos juntos, porque así es la sociedad. Si queremos lograr que vivan solos, tengan trabajo, sean productivos, se casen, sean independientes, amen, hagan su vida –todo a lo que tienen derecho como ciudadanos que son–, tenemos que empezar desde la educación, dijo.
La educación especial en México -continuó–, sigue siendo deficitaria y excluyente. Mencionó que hace 10 años México propuso (gracias a Gilberto Rincón Gallardo), un tratado de derechos humanos que firmó, ratificó. La convención sobre los derechos de las personas con discapacidad establece que la educación debe ser inclusiva en todos los niveles y a lo largo de toda la vida. Lamentó que en México no tengamos cifras y no se esté capacitando a los maestros. Mencionó que se calcula que si todos van a la escuela y luego tienen un trabajo, el impacto positivo en el PIB nacional es de 2 a 3 por ciento.
Su hijo Alan tiene Síndrome de Dowm, juega futbol y va a una escuela inclusiva privada. La SEP, dijo, tiene implementado un modelo en el que maestros de educación especial van a escuelas regulares y capacitan a sus colegas, aunque son pocos. Se calcula que en educación básica hay 150 mil discapacitados en centros de educación especial y un número igual en escuelas inclusivas, de un universo de más de 2 millones que no están integrados.
Rita comentó que a lo largo de la vida de su hija Dania, hoy de 35 años, fue desarrollando diferentes tipos de servicios que redundaran en una calidad de vida para ella y otros en su situación. Subrayo que en la atención en adultos en México hay una carencia total. Me he dedicado, dijo, a diseñar e implementar muchos servicios para que tengan un trabajo, vivan en un lugar digno, se diviertan, tengan relaciones con una pareja. En la etapa escolar apuntó que muchas escuelas, incluso privadas, les cierran la puerta, lo cual es ilegal. Tengo un programa para capacitar a docentes y padres de familia. Las familias requieren estar empoderadas, conocer sus derechos, sentirse apoyadas en un proceso donde les garanticen la calidad de vida a sus hijos.
Interrogada sobre la postura de la SEP, Gabriela Tamez dijo que la educación especial atiende a alumnos desde los setenta; en los ochenta se hicieron algunas escuelas que los integraban a en un aula distinta, pero sólo para una misma discapacidad y con métodos y materiales enfocados en esa. En los noventa se comenzó a hacer integración educativa, para que alumnos con discapacidad entraran a aulas regulares en escuelas regulares sin condición de maestro especial o aula aparte. Estimó que en la gran mayoría de las escuelas hay por lo menos un alumno con discapacidad. Existe un censo no muy preciso que hay que mejorar, además de profesionalizar a los maestros para que el tema no sea de educación especial o dependa de un equipo de educación especial.
En el uso del lenguaje, Katia precisó que es importante subrayar que las personas con discapacidad no son personas enfermas; su discapacidad es solo una parte de ellos, es una característica, solo una del ser humano. Al respecto, propuso no decir niño Down, sino niño con Síndrome de Down.
Expresó también su preocupación porque el programa para la inclusión y la equidad educativa –que en este sexenio abarca a personas con discapacidad, alumnos con aptitudes sobresalientes, indígenas y migrantes– tiene un 80% menos de recursos que anteriormente. En el punto de la capacitación, mencionó que de 460 normales en el país, sólo 67 son de educación especial. En el resto, la clase de educación especial es optativa.
En otras cifras, dijo que el presidente anunció que hay 450 centros para atención para estudiantes discapacitados en educación media superior. En educación básica se calcula que hay 300 mil niños con discapacidad; 24.8% de las personas con discapacidad no saben leer y escribir; solo 45% en edad escolar asiste a clases y el promedio de escolaridad es de 4.8 años.
A pregunta de Leonardo sobre si se requiere adaptar la currícula, Rita consideró que es posible capacitar al maestro en el manejo de aula diversificada, donde aprndan a manejar diferentes materiales, a tener una visión más amplia.
Gabriela apuntó que pese a los convenios suscritos y los avances alcanzados la deuda social prevalece. La reducción del presupuesto y la complejidad en su ejercicio son problemas por superar, junto con una participación de mayor corresponsabilidad de las entidades federativas, donde solo en algunas se observan avances.
Más que los recursos –opinó Katia–, el mayor obstáculo es el miedo. Y se refirió al manual que hizo Rita para anfrentar las resitencias culturales y que está disponible en Internet,
Rita explicó que el Manual para la inclusión para niños y niñas con discapacidad y sus familias es el resultado de experiencia e investigación y comprende un marco teórico, un modelo de detección y atención oportuna y capítulos dedicados a las distintas discapacidades que incluye qué es la discapacidad en cuestión, quién la diagnostica, qué apoyos se necesitan en el aula y cuáles en la familia, así como una lista de centros especializados por discapacidad en la Ciudad de México.
Gabriela comentó que junto con otros materiales, el manual está disponible en la página de la Subsecretaría de educación Básica, en www.educacionespecial.sep.gob.mx. Agregó que la SEP está adaptando el manual para abarcar más aspectos en educación primaria.
Por otra parte, dijo que junto con Conapred, la SEP ha hecho convocatorias en los últimos 10 años para que las escuelas, maestros y padres de familia compartan sus experiencias exitosas de inclusión, para que muchos maestros puedan encontrar ahí respuestas en el tema de educación especial.
En esta misma línea de pensamiento, Rita dijo que a través de Inclúyeme está diseñando y generando una estrategia de redes de apoyo de padres para padres- Anunció que el próximo 5 de noviembre harán el primer coloquio de padres e hijo s con discapacidad (básicamente intelectual) en la Universidad ORT. LA información está disponible en www.incluyeme.org/encuentro/familias1.
Gabriela recordó que está en marcha la consulta del nuevo modelo educativo y una propuesta curricular para la educación obligatoria, lo que ofrece una plataforma y una oportunidad más para hablar de inclusión de una manera más natural. Destacó que en la propuesta del modelo hay un eje dedicado a equidad e inclusión como un tema preponderante, e invitó a la gente a visitar la página www.gob.mx/modeloeducativo2016.
Katia recordó que todos vamos hacia la discapacidad en la vejez y para ello debe ayudarnos la escuela, donde los niños sin discapacidad aprenden mucho; tolerancia, empatía, creatividad, resolución de problemas. Exhortó, por último, a los padres y maestros que tienen niños con para que alcen la voz y exijan su derecho a la educación.
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