Despertamos la curiosidad de tus hijos por medio de preguntas y problemas reales, interesantes y emocionantes. De esta manera, conseguimos que se cuestionen por qué el mundo es como es y los encaminamos a construir una postura propia y crítica al respecto. Podrán enfrentar la vida desde una perspectiva propia y sustentada en argumentos sólidos.

Durante este proceso les ayudaremos no solo a conocer y comprender el mundo que les rodea, sino a entender posturas diferentes a la suya, de modo que puedan cuestionarse, argumentar y exponer sus propias creencias, así como debatir con sus compañeros en busca de una comprensión cada vez más profunda del mundo y sus grandes temas.

Nos referimos a una forma particular de formar al ser humano que sucede primordialmente fuera del aula de clases. Es aquí donde tus hijos se relacionan con sus compañeros en la dimensión más auténtica y directa y ponen en juego sus cualidades más centrales y constitutivas. Esas que denominamos empatía y comunicación, la capacidad para colaborar con los demás, el pensamiento algorítmico y procesual… en fin. En otras palabras, la pedagogía líquida contribuye a formar humanos que además de tener habilidades técnicas y curriculares, puedan adaptarse a un mundo cada vez más complejo y tomar una postura al respecto. Humanos que se inscriban a sistemas de pensamientos complejos y que adopten o se adhieran a formas sostenibles de entender el mundo y sus vínculos.

Por medio de actividades y proyectos hands-on invitamos a tus hijos a preguntarse por qué los objetos que les rodean son como son, qué función cumplen, cuál es su relación con ellos. Abrir este debate interno fomenta su curiosidad y su proactividad para crear nuevos diseños, alternativas tecnológicas y soluciones para los problemas de la vida real. De esta manera, les habilitamos para sentirse involucrados en la sociedad y a percibirse como verdaderos agentes de cambio.