Fernanda Kalena. PorVir. 19/02/2014. Leer un libro o una historia puede parecer una actividad natural para gran parte de la gente, pero para nuestro cerebro es una cuestión de formación. Cuando, en el siglo XV, el libro se convirtió en un instrumento difusor de información, la gente tenía que enseñar al cerebro a desconectarse del mundo circundante y sumergirse en ese otro universo, pero la mayor parte del contenido no sería absorbido. Ese es el argumento de que Galecka Jolanta, especialista en marketing online en la editora Europea Young Digital Planet, utiliza para explicar por qué Internet llegó tan fácilmente a la vida moderna –especialmente entre los niños. “Internet permite que nuestro cerebro funcione de la manera que más le gusta», argumentó.
Según la especialista, quien esta semana estuvo en la conferencia Contec Brasil sobre educación, contenidos de medios infantiles y tecnología, el cerebro siempre se desarrolla en movimiento, prestando atención a todo lo que está alrededor. «Es así que aprendemos con mayor facilidad e Internet es un entorno de aprendizaje disperso, es más natural para el cerebro». Es por eso que la introducción de este nuevo universo es muy difícil en las escuelas con modelos tradicionales de enseñanza, que no fomentan en los alumnos la interrelación entre contenidos, información y experiencias de vida.
«Si el contenido no se enseña de una manera interactiva, el estudiante no aprende. El cerebro absorbe la información en la construcción de sus propios modelos mentales de conexiones. Almacenamos la información a través de estas conexiones, y éstas se harán de acuerdo con los conocimientos previos de cada uno «, explicó la experta, quien añadió: “Es por eso que las conexiones no se pueden enseñar, o incluso forzar, del mismo modo que no se puede dar el conocimiento. Podemos dar información para que sea absorbida. Con base en ella es que el conocimiento se construye”.
Entender cómo aprende nuestro cerebro y cómo responde a los estímulos es un gran paso para mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, afirma la especialista. “Ahí es donde el profesor va a utilizar toda su capacidad pedagógica, todo su potencial. Fomentar discusiones, instigar la curiosidad, mostrando formas de relacionar el contenido con el mundo real y la vida fuera de la escuela”, dijo Galecka.
De esta manera, los modelos como el aula invertida o el aprendizaje con base en proyectos cobran impulso, ya que dan mejores resultados en el desarrollo de estas conexiones. “El aula invertida no es por sí sola la solución, como tampoco lo es el trabajar con proyectos. Todo necesita ser mezclado, combinado con una serie de otras prácticas que muestran los estudiantes la relevancia del tema que se está abordando. Es preciso conectarlo con el mundo real y no sólo replicarlo porque está en el libro o forma parte del plan de estudios”, aseguró.
También de acuerdo con la especialista, el papel principal de la escuela debe ser el de fomentar el pensamiento crítico y el análisis de la información. “Tenemos que enseñar a los niños a pensar. Es a través del pensamiento que viene a la diversidad de información y opinión. Los alumnos tienen que aprender a discernir lo que es importante de lo que no lo es. Tienen que saber cómo utilizar la información adquirida para cualquier propósito que deseen, tienen que apropiarse de ellos”, concluyó.
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El artículo original puede leerse en: http://porvir.org/porpensar/aprendizado-on-line-e-mais-natural-para-cerebro/20140219. Traducción: UnoNews