La historia que nos cuenta esta semana Pablo Doberti en su columna plantea dos finales, ambos igualmente trágicos, aunque lo mismo podrían ser diez, cien o un millar y no necesariamente tan dramáticos.
“Hacia allá vamos”, dice Doberti, que clama contra este ensimismamiento cotidiano que en la casa, la oficina o la escuela nos priva de la posibilidad (¿la obligación?) de ser mejores.
El artículo puede leerse en: http://pijamasurf.com/2014/02/el-inversor-repeticion-fatal/
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