El tema de la emisión del pasado sábado de Educación XXI por W-Radio, estuvo enfocado a la forma de inculcar el espíritu emprendedor en los más pequeños. En esta ocasión, la conducción del programa estuvo a cargo de Sissi Cancino, quien explicó que su titular, Leonardo Kourchenko se encontraba en Panamá, en un foro con más de 540 directivos de escuelas de América Latina, donde se discutían las bases de la escuela del futuro.
Como invitados esta semana participaron Pedro Landaverde, consultor educativo; Alejandro Aguilar, presidente de de InTruePreneur, S.C.; y Vanesa Rodríguez, directora del Centro de Capacitación y Emprendimiento Infantil.
En su introducción, Sissi dijo que hoy a la escuela los niños van a aprender lo que van a requerir para la vida: herramientas y habilidades para a enfrentar retos y resolver problemas. Comentó que en los años recientes la edad promedio de los emprendedores había de pasado de más de 40 años a apenas veintitantos, y planteo si llevar esto a los niños se hacía desde la familia.
Pedro Landaverde opinó que familia y escuela deben ir de la mano. En casa están los principios y valores fundamentales que encuentran continuidad en la escuela, cuya función principal está en el desarrollo de habilidades intelectuales así como las de razonamiento.
Coincidiendo con Sissi, Alejandro Aguilar dijo que es posible comenzar a formar la cultura emprendedora desde pequeños. Señaló que en los niveles de educación superior hay metodologías para ello, pero que falta información para trabajar el tema desde kínder hasta el bachillerato. Para ejemplificar como disminuye la creatividad en lo en los niveles escolares dijo que todas las manos se levantan cuando preguntamos ¿Quién sabe dibujar? a alumnos de 1º de primaria, mientras que quizá solo una dos cuando se formula en 3º de secundaria.
Vanesa Rodríguez estuvo de acuerdo en que la etapa donde hay más creatividad está entre los 5 y 6 años. Los niños no tienen límites ni miedo y son exploradores por naturaleza. A través de práctica y herramientas pueden desarrollar sus sueños. Cada logro fortalece su autoconfianza y les anima a descubrir más. Señaló que el desarrollo de la inteligencia emocional es un elemento principal para que reconozcan sus sentimientos y emociones y puedan expresarlas con confianza para ser ellos mismos: qué quiero, qué me gusta y qué no.
En este sentido, Alejandro comentó que una pregunta que emplean en su programa es ¿Cuál es tu súperpoder? Que les ayuda a identificar qué puede explotar el niño y dónde se siente más confiado para desarrollar, y dar así pie a lo que sigue. A pregunta de Sissi, Alejandro dijo que el programa se aplica desde 3º preescolar. Empezamos por crearles conciencia, por ejemplo, del origen del dinero, de la retribución del trabajo, servicios y productos.
Sissi señaló que se les crea conciencia de procesos que forman parte de la vida real y Vanesa agregó que se hace desde su percepción conceptual. En el mismo ejemplo en materia financiera, distinguiendo entre deseo y necesidad. El dinero que ganan papá y mamá que intercambian por sus conocimientos y trabajo se emplea para cubrir necesidades. Yo como niño tengo deseos y necesidades que también puedo satisfacer con mi mesada. La idea es enseñarles a administrarse. Niños desde 4 años aprenden estas diferencias a través de dinámicas, incluyendo conceptos como gastar, ahorro, inversión y donación.
Sissi observó que muchas veces pensamos que son muy pequeños para entender estos conceptos y no nos ocupamos de ello. En la medida que abordamos la problemáticas acorde a su edad y madurez, los niños son capaces de captar entender y desarrollar los temas actuales en forma increíble.
Enlazada desde Monterrey, donde se estaba llevando a cabo una feria de emprendedurismo infantil, Elsie Garza, directora comercial de InTruePreneur, explicó que la feria reunió a más de 200 alumnos que a lo largo del año trabajaron los proyectos que presentaban. Entre ellos, alumnos de 4º de primaria propusieron el que llamaron Emprende-móvil, proyecto en el que un grupo de personas con diferentes oficios recorre en un camión diversas rutas del estado de Nuevo León, con el fin de enseñar oficios con su experiencia a quienes quieran aprender y echar a andar un pequeño negocio o empresa mediana. En otro caso, estudiantes de bachillerato presentaron un proyecto sobre reciclaje de neumáticos abandonados para convertirlos en componentes de acero y textiles. Alejandro, por su parte, precisó que estos 200 son los finalistas de más de 4 mil participantes.
En otro tema, Pedro Landaverde dijo que no podemos formar emprendedores al margen de la responsabilidad social y, Vanessa señaló que en su Centro identifican las habilidades del niño a partir de lo que más le gusta (se vuelve significativo para él) y lo impulsan a realizar un producto o servicio; él tiene que ver que beneficio le va a dar a la sociedad, qué necesidad va a satisfacer y al llevarse a cabo obtiene también obtiene una retribución económica.
Sobre las características que pueden identificar los papás en sus hijos para saber si tienen un emprendedor en potencia, Vanesa indicó que sean curiosos, creativos, activos, que encuentren soluciones y no teman a los retos.
Sobre el programa Alar Advantage que InTruePreneur promueve en los colegios, Alejandro Aguilar mencionó que comprende 40 horas, una por semana, con un carácter transversal que empieza cambiar la forma de ver las distintas materias e incluye asistencia para el maestro titular. Consideró que la actitud de cada quien para salir adelante y emprender contribuye a solucionar la problemática económica y de empleo.
Para concluir, Sissi Cancino invitó a los papás a jugar con sus hijos y fomentar en ellos la curiosidad.
______________________________________
Hacia el final de una segunda jornada del congreso, donde más de 500 directores de instituciones educativas en cinco países de Latinoamérica trabajaron entre sí con la encomienda de imaginar la escuela del futuro, Pablo Doberti, director de UNO Internacional, expresó:
“La ecuación no es sustituir el modelo viejo por el modelo nuevo; la ecuación es sustituir el modelo nuevo por el deseo de construir un modelo alternativo. No es modelo por modelo. Porque no tiene ningún sentido salir de un modelo hecho y sustituirlo por otro pre-hecho. Esa ecuación no agrega valor institucional, por mejor que sea el modelo alternativo. Lo que debemos sustituir, es un modelo que ya no tiene sentido para la propia institución, por la necesidad de construir un modelo en esa institución que tenga sentido para ella”.
“Nosotros creemos que para que la escuela del futuro se construya es necesario plantearla en un esquema que la distinga de la escuela que tenemos. Entonces, tenemos que establecer un eje y empezar a poner conceptos de un lado y del otro: la escuela que tenemos y la escuela que queremos. Y tiene que haber una tensión conceptual entre una y otra, porque si no, no conceptualizamos la diferencia. Y esa diferencia se tiene que ir abriendo entre diferencias de posición ante un problema central, diferencias de manifestación ante esa posición, es decir, dinámicas, prácticas, cosas que suceden, y efecto institucional de esas diferencias… Hay que extremar las dicotomías conceptuales para construir identidades”.
Como una base sobre la cual pudieran trabajar los colegios, Doberti prometió hacerles llegar un esquema como el descrito, con una gran cantidad de palabras recogidas en estos dos días de trabajo, colocadas en tensión, dependiendo si alimentan la escuela anterior o la escuela que viene.
Doberti reconoció el esfuerzo realizado por tres representantes de UNOi en el área de contenidos: Beatriz Elías, de Brasil, Jeannette Benavides, de Colombia; y Ángela Ortiz, de México, quienes a lo largo del congreso recopilaron en un documento lo que en él se discutió, a fin de generar una primera base para organizar el debate de la escuela futura.
Para cerrar el congreso, Beatriz, Jeannette y Ángela dieron lectura al siguiente
MANIFIESTO
Queremos una escuela para todos. Para alumnos, para profesores, para padres, para directivos
Queremos una escuela para todos. Construida por espacios abiertos y cerrados, donde se pise un suelo fértil.
Una escuela que permita percibir la naturaleza como elemento que nos constituye.
Una escuela donde convivan animales y plantas. Donde fructifique el alimento.
Donde la sombra de los árboles sea el abrigo de la lectura y la reflexión.
Donde el viento provoque desorden y llene de inquietud, de transformación, de procesos.
Donde la lluvia nos recuerde el valor del agua y del planeta. Un interminable ciclo de materia y de vida.
Queremos una escuela para todos. Para vivir plenamente el presente. Para experimentar posibilidades; para encarar riesgos, desafíos y responsabilidades.
Una escuela llena de curiosidades, de imaginación, de creatividad.
Una escuela que se reinvente en cada persona que participa en ella.
Una escuela hecha de deseos, dudas, de incertidumbres.
Queremos una escuela que sea el mundo; que necesite de otras escuelas, de otras culturas para alimentarse de la diversidad de la cultura humana; de aventura, de construcción del conocimiento.
Queremos una escuela construida por personas, emociones, alegrías, tristezas.
Una escuela que transpire compasión, generosidad y dignidad.
Queremos una escuela creada por todos. Queremos una escuela para alumnos, para profesores, para padres, para directivos.
Queremos una escuela de todos.
_____________________________________________
“Tengo un objetivo: emocionarlos con los que podemos hacer hoy en día” Esas fueron las palabras con las que Fernando Revilla, Director de UNO Internacional México, inició su charla en el Congreso Internacional de Directores Visión XXUNO Panamá recalcando que la pedagogía no está peleada con la tecnología.
Fernando comentó que se debe llegar a redefinir lo que está sucediendo con la escuela pues la tecnología nos permite hacer y crear cosas que antes no había y de una manera muy sencilla.
Uno de los puntos clave en la ponencia fue la importancia de la programación.
“Hoy en día es básico saber de sistemas y saber programar” comentó el Director de UNOi México, explicando que se deben enseñar las bases de programación no para el futuro, sino para hoy.
Destacó la importancia de las redes sociales, pues son da gran ayuda en la educación y una gran plataforma de oportunidades. Explicó que en la escuela del futuro se debe estar preparado para utilizar las distintas herramientas con las que los alumnos están familiarizados e incluso aprender de ellos.
Fernando Revilla aclaró la importancia de adaptarse al “nuevo lenguaje” que tienen los alumnos hoy en día, pues ellos hablan de videojuegos, música, videos, etc. Y lejos de estar peleados con estos temas, se debe buscar la forma de incluirlos en la educación. “El aprendizaje puede ser “Gamificado” (haciendo referencia a los juegos–games), hacerlo de manera divertida, debemos pasar y hacer la transición”.
Por último, explicó mediante una gráfica, cómo se puede unir la tecnología con la educación en cuanto al manejo de conocimientos, habilidades, programas y evaluaciones y reiteró que las habilidades digitales pueden y deben ser adaptadas para la escuela de hoy.
________________________________
Al igual que sus predecesores en el uso de la palabra a lo largo del Congreso Visión XXUNO Panamá, Miguel Barrero inicio su conferencia en este segundo día de trabajo recordando su etapa escolar y lo que se pensaba en esos tiempos de la escuela. Comentó que antes se tomaba al estudio como una obligación y mencionó que la escuela era sistema educativo coherente para la sociedad de esa época pues había una identidad de la escuela con la sociedad.
Miguel resaltó que en muchas escuelas aún cuentan con un modelo muy expositivo, enciclopédico organizado y regido por los test o exámenes; cuando hoy en día debemos dirigirnos a “la escuela de la tecnología y el conocimiento” donde la ciudadanía es global.
“Es un ejercicio de incorporar las prácticas del pasado con las nuevas prácticas, adaptarnos al mundo digital” dijo Miguel.
Las tecnologías de la información y comunicación, el acceso a la información, la movilidad y la colaboración son algunos de los factores de cambio que expuso Miguel para la Escuela del futuro y destacó que debemos preparar nuevos ciudadanos para las nuevas demandas de empleo y la nuevas demandas de la sociedad en general.
Barrero añadió algunos puntos que son importantes para la nueva escuela:
- Alumnos con capacidad para resolver problemas
- Trabajo en equipo
- Cultura digital
- Ciudadanía global
- Creatividad
- Pensamiento crítico
- Emprendimiento y liderazgo
- Habilidades de comunicación
- Inteligencia emocional
Destacó la importancia del alumnos como protagonistas de la educación pues no sólo deben recibir el conocimiento, deben ser parte de éste. El alumno debe sentirse motivado y debe de ser involucrado en el proceso de aprendizaje.
“Estamos en un momento apasionante de la educación, disfrútenlo” con estas palabras Miguel Barrero cerró su plática en Visión XXUNO Panamá, invitando a los directores a hacer uso de las tecnologías.
________________________________
Previo a su disertación en torno al marco político y conceptual de la escuela en el congreso Visión XXUNO Panamá, la filósofa Josefina Semillán compartió con el auditorio –como antes hicieron otros ponentes–, un recuerdo importante de su paso por la escuela. Por la riqueza de esta historia y la forma en que cautivó a los oyentes, decidimos reproducirla aquí en su totalidad para los lectores.
Argentina soy yo. Es el origen de lo que soy yo hoy; la raíz y el fundamento. Como ustedes lo hacen habitualmente, yo contaré una experiencia escolar muy significativa, muy brevecita.
Fui a un colegio de excelencia académica, de religiosas francesas –Sacre Coeur–, con una altísima influencia francesa europea. Y tenían una… además, una riqueza (nobleza obliga), una gran riqueza cultural y humana. Tenían una división social al interior de la congregación que a mí me ponía sulfurada; quiero decir, totalmente enojada con el criterio. Y como estamos hablando de criterios, de cómo a uno le han hecho cambiar, yo no comprendía por qué dos clases sociales; por certificarlo: hermanas y madres. Y las hermanas, que eran en general de las provincias, no sabían leer ni escribir. Y las madres eran cultísimas, refinadas, políglotas. Entonces, yo no podía entender lo religioso –que es re-ligante, ligar–, con esta separación, y con este castigo tan terrible de no tener acceso a la lectoescritura. Las hermanas dictaban sus cartas a las familias a una madre y también recibían la lectura. A mí, eso me dio motivo de grandes discusiones y demás; no me podían bajar la nota porque era muy buena, pero me dio como choque negativo esta realidad tan cruel y, como estimulación antropológica, saber que la justicia y la solidaridad son dos ejes de la vida, y que nadie puede oprimir a alguien con la forma más sojuzgadora, con la forma más nefasta en que no dejarlo ser. Porque no saber leer y escribir y estar cerrado al mundo del pensamiento y dependencia de otro de una forma de esclavitud (enorme cantidad de conductas); pero también descubrí la posibilidad… de la vocación alfabetizadora. De hecho, mi primer trabajo profesional… fue ser maestra alfabetizadora –tenía 18 años, hace muchísimo tiempo–, en una villa miseria, es una favela, un lugar de altísima marginación. Tenía 18 años y fui alfabetizadora de obreros, campesinos. El lugar de la escuela era un barrio, una población asentada en un antiguo basural, sin terminar de rellenar; por lo tanto, la fetidez, el mal olor y el hundimiento de la tierra era constante. Ahí aprendí que una de las sensaciones más difíciles de dominar es el mal olor. Y por eso también entendí que cualquier marginado que no huele a perfume ni a baño es rechazado por tener olor a la verdad de su vida. Cuando cumplimos un primer año de este curso de alfabetización, muy precario, muy rudimentario –eran eran todos hombres de 40 para arriba, hombres adultos–, pensamos en cómo cerrar el año. Dijeron “Déjelo que nosotros vamos a organizar”. Cuando llego a la villa, había un ómnibus antiquísimo, descascarado, viejo. Y digo: ¿a dónde querrán ir?, ¿haremos una excursión? No. El regalo y la fiesta para mí era que íbamos a ir a Buenos Aires –esto era en las afueras–, a sacar documentos de identidad, no con el humillante dedo, sino con la firma. Miren el refinamiento de pensamiento que una fiesta de graduación consistiendo en esto. Llegamos a Buenos Aires a hacer una fila; y era una fila –teóricamente miraba por la blanquitud de negros, sucios, desarrapados–, e iba adelante uno de ellos. Se acerca a la mesa del burócrata de turno que tenía que completar los datos de la ficha y, el chiquilín, mirando al primero de la fila que era un hombre magnífico, le pone la almohadilla, sin decir nada, porque supuso que era analfabeto sin haberlo preguntado. Por eso preguntar salva; suponer es de la gente oscura de cabeza. Supone, por el aspecto, que es analfabeto, y sin hablarle le ofrece la almohadilla. Éste otro, en lugar de reaccionar, de enojarse, se inviste de una belleza como no volví a ver en ningún hombre. Se puso tan sucio como hermoso; tan desarrapado como digno; y con toda paz, sin violencia ni agresividad, le dijo: “Un momentito, yo sé leer y escribir”. Era un señor, no por apellido, por construcción de su vida. A los 50 años estrenó identidad. Eso es educar: estrenar identidad. Y firmó; y firmó garrapateadamente; siguieron todos los demás; y el chiquilín, el burócrata, le dijo: “Disculpe”. Cuando nos fuimos al barrio, las mujeres y los chicos habían organizado, en el barrial movedizo recién rellenado con maderas, un festín. En aquel momento, en las zonas marginadas, los pobres no llegaban a comprar pollo y papas; hoy sí, por suerte. Y habían ahorrado todo el año, la mamá con los chicos, para que cuando su papá terminara el curso hubiera pollo y papas. Es la colación de grado más importante que tuve en mi vida, y eso que estuve por muchos lados del mundo. No hay ninguna otra que tuviera esa dignidad, ese señorío, esa fiesta del saber.
________________________________
Salvo algunos detalles como la cancha de futbol, los recuerdos escolares aparecen borrados para Pablo Doberti. En su participación durante la primera jornada de Visión XXUNO Panamá, el director de UNO Internacional sí rememoró como un triunfo el haberse presentado a exponer una lección oral con un papel en la mano sin que la maestra pudiera decirle que no lo usara. Un sentimiento presente en sus años de escuela fue el miedo latente impuesto por la dictadura militar en Argentina y la Guerra de las Malvinas. No supo en su momento –aunque su padre sí–, que en su centro escolar habían desaparecido alumnos años atrás.
Sin elogio para la milicia, Doberti señaló que su paso (obligatorio) por el ejército le enfrentó a situaciones que lo obligaron a constituirse como persona, lo que no ocurrió en la escuela salvo en los recreos y afirmó que lo para-escolar es más pedagógico que lo escolar; constituye más.
Recordó que UNO surgió de la idea de que el sistema educativo no funcionaba y sostuvo que las crisis –necesarias para producir un cambio–, desarrollan sus propios anticuerpos.
De los textos leídos por los directores en respuesta a la primera pregunta formulada al inicio (¿Cómo es una clase cualquiera en un día típico en tú escuela?), Doberti opinó que le parecían aún complacientes y faltas de autocrítica. “No es necesario decir que lo hacemos bien para ratificarlo”, dijo. Lo que nos va a hacer producir es el reconocimiento de lo que no estamos haciendo bien. Para aprovechar mejor este encuentro, propuso elevar el nivel crítico.
Hablando de la estructura conceptual del sistema escolar, que supone alberga todos los conceptos, hizo énfasis en que no es posible ser a un tiempo conductista y constructivista. Llamó a reorientar las prácticas en un regreso a los principios básicos. Aseguró que transmitir no aplica si enseñar quiere decir desarrollar al niño como sujeto, porque transmitiendo no se realiza personas, solo se pasa contenido.
Doberti señaló que solemos concentrarnos en las carpetas y las boletas como evidencias del desarrollo escolar del niño y nos olvidamos de que si no hay evidencias en él de que lo que puso en la carpeta produjo algo, no vale la pena.
Para finalizar, subrayó la necesidad de contrastar nuestra realidad contra el diagnóstico general y advirtió del peligro de aplaudirnos y regresar a casa y hacer lo mismo.
________________________________
En el marco del eje de diagnóstico del Congreso internacional Visión XXUNO Panamá 2014, la segunda intervención estuvo a cargo del director del proceso de formación de UNO Internacional, Alfredo Vota.
Siguiendo el formato del encuentro, Fredy comenzó por mostrar una foto de su paso por la escuela y relató que hizo la secundaria en una época muy dura en Argentina en los tiempos de la dictadura militar y la Guerra de las Malvinas. En ese entrono, dijo, la escuela se caracterizaba por transmitir formas y no fondo, por mostrar una disciplina vacía y poco contenido.
Al concluir en 1982, escribió con un compañero un artículo sobre su experiencia escolar titulado “Entre muros y puentes”, donde contaban que habían encontrado muchos muros y pocos puentes y que los muros les representaron obstáculos para pasar y los puentes les llevaron a oreos escenarios. Agradecieron ambos porque en definitiva era educar pero su pregunta fue si para ello eran necesarios tantos muros y pocos puentes.
Recordó que tuvo muchas inquietudes vocacionales que la escuela no aprovechó, lo que consideró que era una injusticia para él y sus compañeros y decidió revertirlo y ser profesor. Tenemos –señaló–, la obligación de pensar qué subjetividades pasan por nuestras escuelas y si en verdad estamos aprovechando la potencialidad de cada uno de nuestros alumnos. Subrayó que los diagnósticos rápidos no ayudan, que ignorar los indicadores de peligro no nos llevan a ningún lado y que tenemos que ser críticos con nuestros indicadores de éxito. El costo es alto con los niños si no lo hacemos.
Fredy invitó a repasar la historia de la educación a partir de cuatro revoluciones. La primera, la aparición de la imprenta en el siglo XV como facilitación cultural; de los escribas lentos a la divulgación. Junto con la imprenta aparecen las escuelas y la influencia de la iglesia, donde los alumnos que nada saben requieren de la iluminación del maestro y aparecen los exámenes para verificar si la iluminación se dio.
La segunda revolución está dada por la constitución de los estados nacionales en el siglo xix y con ellos los sistemas de educación cuya función era transmitir la verdad revelada en forma laica, pasar de los santos a los próceres patrios. La finalidad incluye escuela primaria para pobres, secundaria para clases medias y universidad para ricos; esquema que se mantiene durante mucho tiempo. Pero, sobre todo tiene la función de constituir ciudadanos patriotas que peleen las guerras cuando haga falta.
Luego viene una tercera revolución –quizás la que sea la decadencia del dispositivo escolar–, que es el impacto social de la masificación de la escuela; un dispositivo creado para determinar y homogeneizar que enfrentó a la diversidad sin tener respuesta. Su práctica se ritualizó con un vacío de significado. En vez de enfrentar la diversidad la escuela se parapetó detrás de ritos que ya no tienen significación.
Para terminar, la cuarta revolución, la más profunda y lapidaria con relación a la constitución de la institución mundo escolar es el mundo digital. Si la escuela nace con la imprenta, tenemos que pensar si no muere en este formato del mundo digital que nos trae una nueva lógica escolar donde no hay una sola verdad que está en un libro y debe ser divulgada, sino que la realidad y la verdad se co-construyen.
En el siglo XIX aparecen las teorías pedagógicas que atentan contra la escuela; que dicen que enseñar no homogéneo, que los procesos de enseñanza son diversificados. Pero eso luego se traduce en un aula, 20, 30 alumnos que aprenden a la par, todo se evalúan de la misma manera y siguen un determinado ritmo. El estado nos exige un contenido en un continente que es el alumno. El mundo digital, consideró, es quizá la oportunidad de hacer realidad esas pedagogías para construir el saber de manera colectiva.
Fredy expresó que su intención era discutir que la escuela tiene fecha de vencimiento; no que vaya a desaparecer pero sí seguramente a cambiar de formato.
Antes de concluir, presentó un video donde distintos educadores manifiestan su sentir con respecto a un modelo de formación pasiva, desmotivada, que pretende crear ciudadanos iguales y alimentar la burocracia. Fredy consideró el diagnostico como lapidario y real, y señaló como consecuencia que en Buenos Aires, lo mismo que en Latinoamérica, entre el 40 y el 60 por ciento de los alumnos abandona la escuela secundaria.
Por último, presentó en audio el testimonio de un alumno suyo que hace cinco años fue diagnosticado con fobia escolar. Fue necesario ir a buscarlo a su casa e incorporarlo paulatinamente hasta que decidió entrar. Hoy, a poco de graduarse a los 17 años, Roy consideró entre los factores que causaron su fobia a los profesores que crearon un ambiente de hostigamiento no digno para el alumno, así como la incapacidad de trato individual. Si hubiera que construir una escuela de cero, dijo, el chico debería ser tratado individualmente y la escuela tener un espacio para que cada quien se desarrolle según su forma de ser.
Retomando la conclusión de Roy y la suya propia al terminar la secundaria, Fredy terminó repitiendo la idea de que quizá hagan más falta menos muros y más puentes.
_________________________
Con la mira puesta en imaginar una escuela renovada, 540 directores y administradores de colegios de Brasil, Colombia, Ecuador Guatemala y México –que en sus aulas aplican el modelo educativo de UNO Internacional–, participan desde esta mañana en Playa Bonita, Panamá, en el congreso Internacional Visión XXUNO.
Para abrir el encuentro, que condujeron Renato Júdice –director académico de UNOi en Brasil– y Leonardo Kourchenko, ambos relataron alguno de sus recuerdos en su tránsito por la escuela, en tanto en la pantalla se mostraban fotos de sus años escolares.
Renato contó que pese a ser un buen estudiante, con buenas notas, al llegar a la educación secundaria le incomodó el no hablar inglés como algún compañero que había tenido la experiencia de vivir en el extranjero. Leonardo, por su parte relató que alrededor del 6º grado hasta el que había llegado con miedo, un profesor le hizo ver que tenía más potencial de lo que él creía y, a partir de una pregunta –que ningún maestro se había molestado en hacerle–: “¿qué te gusta?”, le encargó una lectura, un análisis y le enseñó que la escuela podía disfrutarse.
Leonardo explicó que esta era una introducción para reflexionar en la escuela y construir juntos un ejercicio de análisis sobre nuestra educación, nuestras instituciones y lo que hacemos en ellas.
El congreso, que se desarrolla en dos ejes principales: un diagnóstico y la escuela por venir, incluyó en esta etapa una primera pregunta de lo que a lo largo de la jornada será un ejercicio de Interacción Constructiva. Se solicitó a los presentes que, en un primer momento narraran por escrito, desde su perspectiva como directores, cómo era una clase cualquiera en un día típico de su escuela. Este material se abordaría posteriormente para enriquecer las reflexiones sobre el curso de la educación.
______________________________________
El congreso se transite en vivo a través de la página de UNOi tanto en español, como en portugués.
por Dionisia Pappatheodorou
“La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes”John Lennon
Hace unos cuantos días, recibí de una buena amiga de la infancia, la noticia de que pronto “seríamos abuelas”. Con una parte de la noticia, no tuve conflicto alguno: el surgimiento de una nueva vida es siempre motivo de alegría, y por supuesto que después de la felicitación, los comentarios fueron cambiando de rumbo y las bromas surgieron más que espontáneamente hasta el punto en que ella inclusive llegó a referirse de sí misma como “la abuela ye-ye”. Aunque realmente disfruté que compartiéramos ese momento importante de su vida, definitivamente hubo también otra parte de la plática que me puso a pensar, situándome ante algo que no tenía contemplado –o al menos no hasta ese momento: la posibilidad de ser abuela y entrar en esta nueva etapa de la vida.
Asumo que como consecuencia de lo anterior, unos días más tarde en plática de sobremesa familiar, nos encontrábamos mis hijos y yo recordando experiencias de la infancia. Llegamos a mencionar la rapidez con la que pasa la vida, y haciendo un recuento de diferentes eventos vividos, caímos en cuenta y no dejaron de sorprendernos los cambios tan radicales en las circunstancias y la forma de vida actual, en contraste con la de unas cuantas décadas atrás. Pero independientemente de ello, nos hallamos reflexionando sobre lo diferente de cada periodo de vida y la forma en la que nuestras necesidades y gustos van cambiando con el paso de una etapa a la siguiente.
¿Qué hace que lleguemos a estar satisfechos y a sentirnos plenos y felices al final de nuestras vidas? Al respecto existen muchísimas teorías, pero en esta ocasión quiero compartir un poco de la teoría del desarrollo humano de Erickson, por considerarla tanto práctica como valiosa en este sentido. Desde su perspectiva, la vida puede dividirse en ocho etapas sucesivas que abarcan desde el nacimiento hasta la muerte. Bajo condiciones normales, estas etapas seguirán un curso predecible, sin embargo, en el desarrollo influyen también diversos factores individuales, sociales y culturales que configuran las características de cada persona a lo largo de su vida.
La existencia de cada etapa tiene una razón de ser y cumple una función en la vida, cubriendo una necesidad existencial. Cada una se funde gradualmente en la etapa siguiente y genera una crisis, que se supera al satisfacer la necesidad en cuestión. Si esta se ve satisfecha, se desarrolla como resultado una cualidad vital de adaptación, que proporciona las herramientas para transitar por la siguiente etapa y superarla. Cuando la cualidad de la etapa no logra consolidarse, el resultado es un vacío interior que requiere ser satisfecho como requisito indispensable para superar la tarea de la siguiente etapa, y así sucesivamente. Por ejemplo:
La primera etapa de desarrollo abarca del nacimiento hasta aproximadamente los dos años de edad. Durante esta etapa, en la que el niño es totalmente dependiente de la madre, es tiempo de desarrollar una “confianza básica” en el medio: el mundo debe ser percibido por el pequeño como un lugar seguro y cálido. Si esto se logra satisfactoriamente en este tiempo, se generará en él una actitud de confianza, seguridad y optimismo con respecto a su vida, será un niño abierto, espontáneo y alegre. Si no lo consigue y siente que el mundo es peligroso, su actitud será, por el contrario, de desconfianza, desesperanza o pesimismo; se mostrará reservado, nervioso y quizá hasta agresivo. Resulta lógico ¿no es así?
Las cualidades y carencias de las ocho etapas son las siguientes: confianza vs. Desconfianza, desesperanza y pesimismo; autonomía vs. Vergüenza, duda e inseguridad en sí mismo; iniciativa vs. Culpa, desamparo y falta de sentido de finalidad; competencia (capacidad) vs. Sentido de inferioridad o incompetencia; identidad vs. Indecisión, confusión de modelos o roles; intimidad vs. Aislamiento; productividad vs. Estancamiento; integridad vs. Desesperación.
Aunque cada persona es distinta, conocer las etapas puede ayudarnos a identificar en dónde estamos situados o atorados, qué crisis hemos superado o quizá no logramos resolver, y cuál virtud o cualidad nos falta desarrollar o trabajar. Esto nos ofrece la posibilidad de transitar por la vida en armonía, disfrutar de cada periodo con lo que somos, y –en su momento–, llegar a la última etapa de vida satisfechos con lo que hicimos, en plenitud y en paz.
_____________________________________________
La autora es licenciada en docencia de Inglés y máster en administración de instituciones educativas, se ha desempeñado en el ámbito educativo por más de 25 años, en áreas de docencia, desarrollo académico y curricular, y coordinación IB. Ha trabajado como consultora independiente y organizado conferencias de formación para padres con la participación de diversas instituciones educativas, y como columnista en un periódico local, tiene un especial interés por generar aprendizaje organizacional en las instituciones educativas y actualmente es Consultora académica de UNO Internacional para la región de Sinaloa.
Todo está dispuesto para que este jueves inicie el Congreso Visión XXUNO Panamá 2014, donde un numeroso grupo de directores de colegios que adoptaron la propuesta educativa de UNO Internacional se reunirán para analizar ese núcleo simbólico que estructura el modelo escolar actual.
La agenda propuesta promete desmontar el paradigma, el conjunto de ideas y valores subyacentes que configuran, justifican y le dan sentido al modelo escolar vigente que UNOi desea transformar.
El programa de este encuentro puede consultarse en: http://www.uno-internacional.com/web/evento_panama2014/programa.html
Y, las transmisiones en vivo podrán seguirse a través de la página de UNOi en: http://www.uno-internacional.com/
___________________________________














